Mientras la NASA se prepara para lanzar un nuevo explorador al planeta rojo, Curiosity celebra tres años repletos de acción.
Se cumplió el tercer año terrestre desde que el explorador Curiosity, de la NASA realizara su emocionante descenso por la delgada atmósfera de Marte, aterrizando con éxito en la superficie polvorienta del planeta rojo.
Entre tanto, inició el proyecto para la siguiente misión programada para 2020, la cual contempla un nuevo explorador actualizado y equipado con un ágil helicóptero que le ayudará a desplazarse por el terreno rocoso, de manera que podrá recorrer una mayor distancia en un solo día. Con el tamaño aproximado de una caja de pañuelos desechables, la sección del helicóptero volará por delante del explorador para estudiar las mejores rutas e identificar los sitios de investigación más interesantes.
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Curiosity ha pasado tres años explorando el cráter Gale, región de baja altura que fue seleccionada como el sitio más probable para sostener la vida, si es que alguna vez existió. Desde su arribo triunfal al cráter, el ?laboratorio sobre ruedas? (que tiene, aproximadamente, el tamaño de un auto) ha recorrido casi 11 kilómetros haciendo fotografías, recogiendo muestras y analizando rocas, informa Ashwin Vasavada, científico sustituto de proyectos para la misión Curiosity.
En las primeras etapas, el explorador encontró rastros de un antiguo lago de agua dulce en los sedimentos de la bahía Yellowknife, el punto más bajo del cráter. Y pese a que no ha confirmado si el planeta alguna vez albergó vida extraterrestre, el hallazgo de la anterior presencia de agua, así como de compuestos y nutrientes que contienen carbono, apuntan a esa posibilidad.
Después de un año, Curiosity finalmente ha completado su recorrido hasta la base del imponente monte Sharp, montaña de cinco kilómetros de altura que se alza en el centro del cráter Gale y está formada por capas de roca.
Es probable que dichas capas ?hayan capturado un extenso registro del tiempo, igual que las capas del Gran Cañón?, dice Vasavada. Los científicos esperan que el análisis de cada una de ellas les permita desvelar la historia de la vida en ese desierto, hoy congelado.
De hecho, el explorador ha proporcionado una cantidad de información marciana tan tremenda, que muchos descubrimientos pequeños ?nunca son ingresados en la lista?, revela Vasavada. Por ejemplo, los investigadores están estudiando los cambios atmosféricos del metano, gas que, por razones desconocidas, presenta fluctuaciones hasta de un factor de 10. Curiosity también monitorea el clima y el peculiar flujo del viento dentro de la enorme cuenca del cráter Gale.
Incluso después de tres años, el explorador se encuentra en buen estado y tiene mucha vida por delante. Respecto de la condición del vehículo, Vasavada dijo: ?No consideramos que haya envejecido todavía. Sentimos que aún le queda mucho por hacer?.
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