En su misión renovada, Kepler está acumulando descubrimientos y revelando nuevos tipos de mundos.
Luego de una avería mecánica que le dejó paralizada, la sonda Kepler de la NASA ha vuelto a la caza de planetas, encontrando una gran cantidad de mundos que orbitan otras estrellas.
Llamada K2, la misión renovada ha descubierto hasta ahora más de 100 planetas confirmados, anunció Ian Crossfield, de la Universidad de Arizona, durante una conferencia de la Sociedad Astronómica Estadounidense, el 5 de enero. Algunos son muy diferentes de los que la nave observó en su misión original; muchos se encuentran en sistemas multiplanetarios, y orbitan estrellas más brillantes y calientes que las estrellas del campo original del Kepler.
La nave también halló un sistema con tres planetas más grandes que la Tierra; detectó un planeta en el cúmulo estelar Híades (el cúmulo estelar abierto más próximo a la Tierra); y descubrió un planeta que estaba siendo destrozado mientras orbitaba una enana blanca.
Además, los científicos han encontrado 234 planetas potenciales que aguardan confirmación, agregó Andrew Vanderburg, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsoniano.
?Investiga planetas distintos [que la misión Kepler original]?, informa Tom Barclay, del Centro de Investigaciones Ames de NASA. ?Estamos enfocándonos en estrellas más brillantes, estrellas más cercanas, estrellas que son más fáciles de entender y observar desde la Tierra. La finalidad es encontrar los mejores sistemas, los sistemas más interesantes?.
Desde 2009 hasta 2013, Kepler estudió con detenimiento el mismo sector estrellado del cielo, en busca de parpadeos periódicos de luz estelar provocados por planetas en órbita. El objetivo de aquella misión era determinar cuán comunes eran los planetas semejantes a la Tierra, y a lo largo de cuatro años, Kepler descubrió más de 1,000 planetas nuevos.
Sin embargo, en 2013, Kepler perdió su capacidad para enfocar, exactamente, el mismo punto. Después de ajustar su capacidad de dirección, la nave aún puede escudriñar el cosmos y estudiar mundos alienígenas, aunque ya no puede desafiar al universo a una competencia de mirar sin pestañear.
Con todo, K2 no solo está buscando planetas que orbiten otras estrellas. Entre otras cosas, también espía supernovas, y estudia mundos que orbitan nuestra estrella. En 2014, pasó casi 70 días observando a Neptuno, estudiando el clima extremadamente borrascoso del gigante helado.
?Es la mejor vista, y la más prolongada, que hemos tenido de Neptuno; esa cosa que hemos conocido desde hace cientos de años?, dice Barclay. Ahora, Kepler tiene la mirada clavada en Urano, un mundo mucho más apacible que Neptuno, su hermano azul y tempestuoso; y luego desviará la mira hacia una población de asteroides que comparte una órbita con Júpiter.
?El área que más me interesa es el estudio de los cuerpos de nuestro sistema solar. Es algo muy novedoso para nosotros, algo que jamás hemos hecho con la sonda?, apunta Barclay.
?De pronto, podemos ver las cosas que observamos desde el jardín de nuestras casas?.
K2 también intentará detectar planetas que vagan por la galaxia sin estrellas propias. La gravedad de esos mundos que flotan libres puede amplificar, brevemente, la luz de estrellas y galaxias lejanas, provocando un incremento momentáneo en la brillantez de un objeto. Mientras Kepler contempla el cielo, buscará los parpadeos efímeros que revelan a esos mundos errantes.
?La escala temporal de los candidatos a planetas flotantes puede ser de apenas días, incluso horas?, dice Calen Henderson, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de NASA.