A unos metros del Juego de pelota se registró un altar.
Trabajadores excarvaban para construir una cancha de basquetbol en una universidad en Yucatán, cuando se toparon con el hallazgo de una cancha prehispánica.
Tras descubrir una piedra rosada que parecía antigua, los trabajadores llamaron al INAH, quienes confirmaron el descubrimiento.
Arqueólogos identificaron una estructura con las características arquitectónicas propias de los edificios paralelos que conforman las canchas prehispánicas del Juego de Pelota, por lo que de inmediato, el INAH comenzó los trabajos de rescate con el fin de preservar ese patrimonio al que es evidente que los mayas dieron carácter ritual.
En el estado de Yucatán se han descubierto alrededor de 26 canchas prehispánicas, aunque la zona del reciente descubrimiento en el municipio de Maxcanú, a 65 kilómetros de la capital yucateca, nunca había sido explorada.
Las excavaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia determinaron que el Juego de Pelota de Maxcanú tiene características arquitectónicas del Clásico Temprano (250 a.C. al 600 d.C.), está conformado por dos edificios paralelos y relativamente estrechos, de 19 metros de largo y siete metros de ancho, y el espacio central entre ellos es plano y de una extensión de seis metros.
Rituales agrícolas
La arqueóloga Eunice Uc señaló que el Juego de Pelota descubierto en Maxcanú, presenta una delimitación de piedras burdas pero regulares de hasta 60 centímetros. A unos cinco metros se descubrió un altar circular y poco más al sur inicia un cerro.
En la parte más alta del cerro se registró una caverna que los arqueólogos vinculan al Juego de Pelota, ya que dicha cavidad natural representó el lugar de origen y la morada de los dioses. El Juego de Pelota está en ese sitio donde se creaba un vínculo con la montaña y la cueva y, seguramente, para realizar ceremonias agrícolas.
Algunos investigadores del área maya yucateca vinculan canchas con rituales agrícolas y consideran que en estos espacios se celebraba el renacimiento del dios maíz. Mediante los rituales, los sacerdotes obtenían el paso de la vida profana a la vida sagrada; se convertían en seres sagrados o semidioses.
Durante las excavaciones en el Juego de Pelota también se encontró cerámica del Preclásico (700 a.C. al 250 d.C.) y Clásico (250 a 900 d.C.), pero la mayor cantidad de tiestos corresponde al Clásico Temprano (250 al 600 d. C.), época a la que pertenece la arquitectura.
La especialista explicó que en toda la periferia del Juego de Pelota no se han descubierto construcciones monumentales, el sitio arqueológico más cercano con edificios de grandes proporciones es Oxtiontok, ubicado a unos 20 kilómetros de distancia.
El Juego de Pelota aún se encuentra en proceso de investigación y quedará bajo custodia de la Universidad Tecnológica del Poniente, con supervisión del INAH.
(La imagen que ilustra este artículo fue tomada de la página www.inah.gob.mx)