Durante mucho tiempo, los suecos no podían comer dulces libremente.
Cuando los niños suecos escuchan la palabra "lördagsgodis", generalmente se les dibuja una sonrisa en la cara, porque significa algo así como "dulce sabatino". No quiere decir que se trate de una golosina que en Suecia solo hay los sábados, sino que se refiere al hecho de que durante mucho tiempo solo estaba permitido comer algo dulce los sábados.
Hoy en día, los suecos ya no respetan religiosamente esta norma, explica una portavoz de la oficina de turismo Visit Sweden. Aun así, en los supermercados todavía se puede escuchar los viernes a niños recordándoles a sus padres que al día siguiente tienen derecho a comer algo dulce.
Esta costumbre tiene un origen relacionado con la salud pública. En las décadas de los 30 y 40, una gran parte de la población sueca sufría de caries. Después de la Segunda Guerra Mundial, un grupo de científicos realizó una investigación a gran escala que llegó a la conclusión de que el azúcar es lo que más contribuye al desarrollo de la caries. Por esta razón, el Estado sueco estableció unas condiciones severas para el consumo de dulces: los niños solo deberían comer dulces una vez por semana. Como día más apropiado se escogió el sábado, porque ese día toda la familia está junta.
Fotografías: Comida callejera en Asia