Círculos de estalagmitas hallados en una cueva francesa sugieren que nuestros parientes primitivos eran constructores sorprendentemente diestros.
Antaño iluminados por las titilantes hogueras de sus constructores prehistóricos, misteriosos círculos de piedra permanecieron en la oscuridad durante milenios, ocultos en las entrañas de una cueva de Francia. Pero ahora, esas antiguas estructuras vuelven a emerger de las sombras.
Los extraños círculos están compuestos de estalagmitas y tienen alrededor de 176,000 años de antigüedad, según el artículo publicado el 25 de mayo en Nature. Y si, como sospechan los arqueólogos, fueron construidos por una especie bípeda, entonces solo es posible que sean obra de neandertales, parientes humanos primitivos que están demostrando ser mucho más ?humanos? de lo esperado.
?Este descubrimiento proporciona evidencia clara de que los neandertales tenían la capacidad humana de planificar y construir estructuras de ?piedra?, y que algunos de ellos penetraban en cuevas profundas, donde habría sido esencial recurrir a la iluminación artificial?, dice el paleoantropólogo Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres.
No obstante, persiste el enigma de por qué los neandertales se aventuraron en la oscuridad para construir estructuras así de elaboradas.
Cápsula de tiempo
Sellada desde el Pleistoceno, la Cueva de Bruniquel se localiza en el suroeste de Francia, en una región plagada de cavernas decoradas y otros sitios paleolíticos. Pero en 1990, unos espeleólogos excavaron la entrada y tan pronto ingresaron, encontraron señales de osos de las cavernas y otras variedades de megafauna extinta.
Sin embargo, el verdadero tesoro de la cueva yacía en una cámara húmeda a más de 330 metros de la entrada. Allí, sobresaliendo del suelo, hallaron varias estructuras circulares grandes, erigidas en capas; creaciones inconfundibles de constructores, sin duda con algún propósito.
?Todos los visitantes han notado la presencia de estas estructuras, desde los primeros espeleólogos?, dice Jacques Jaubert, de la Universidad de Burdeos, uno de los coautores del estudio, describiendo el hallazgo.
Pasarían décadas antes que los científicos empezaran a descifrar los misteriosos círculos, una tarea que se hizo muy lenta debido al acceso restringido a la cueva, y a la inopinada muerte del arqueólogo que comenzó a trabajar en el sitio en la década de 1990.
Pero en 2013, Jaubert y su equipo al fin pudieron sacar a la luz los secretos de Bruniquel.
?La cueva estaba muy bien preservada, con muy pocos visitantes o casi ninguno ?informa, haciendo notar que el sitio se encuentra en una propiedad privada y está regulado por el gobierno francés-. Las estructuras son espectaculares y virtualmente, no hay equivalentes de ese periodo, ni siquiera de periodos más recientes?.
Misterios rocosos
Las estructuras misteriosas están construidas con casi 400 estalagmitas: formaciones pétreas con forma de cono que se alzan del suelo de las cuevas cuando agua rica en minerales gotea y se deposita a lo largo del tiempo.
Cortadas con casi la misma longitud, algunas estalagmitas fueron colocadas en una estructura circular grande, con un diámetro de casi 6.7 metros. Otras fueron alineadas en un semicírculo más pequeño, y las demás quedaron apiladas en montones.
La decoloración roja y negra que muestran las zonas fracturadas sugiere que se encendió fuego sobre las estalagmitas; y cerca del círculo más pequeño, los científicos encontraron fragmentos óseos chamuscados, incluyendo hueso quemado de un oso o algún herbívoro grande.
Incluso para el observador especializado, la escena podría parecer obra de humanos modernos, aparecidos en Europa hace unos 40,000 años. No obstante, la datación con uranio de las estalagmitas, y el datado de una cubierta mineral que se depositó sobre ellas y los fragmentos óseos, reveló una edad que el equipo no esperaba.
Con cerca de 176,000 años de antigüedad, las estructuras anteceden la llegada de Homo sapiens, pero no por poca cosa, sino por más de 100,000 años.
?Debieron ser creadas por neandertales primitivos, los únicos habitantes humanos conocidos en Europa en ese periodo?, concluye Stringer.
Conducta neandertal
Los neandertales prosperaron durante 300,000 años, coexistiendo y a veces, reproduciéndose con humanos modernos. Igual que nosotros, tenían cerebros grandes, eran inteligentes y controlaban el fuego. Pero los científicos cuestionan que hubiera una gran semejanza entre las dos especies, y debaten si los neandertales tenían la capacidad para el pensamiento simbólico y las conductas rituales.
A diferencia de nosotros, los neandertales no sobrevivieron, y las causas de su desaparición, hace unos 30,000 a 40,000 años, aún son contendidas.
Hasta ahora, los antropólogos pensaban que era improbable que los neandertales hubieran dominado el arte de la vida subterránea, la cual es un poco más complicada que vagar sobre la tierra. Mas la cueva Bruniquel podría demostrar lo contrario.
?El hallazgo es sólido, y es una documentación importante de las conductas avanzadas de los neandertales?, dice el paleoantropólogo Erik Trinkaus, de la Universidad de Washington en St. Louis.
Jaubert y sus colegas argumentan que, para construir esos círculos de piedra enormes, los ocupantes de la cueva necesitaron una fuente de iluminación confiable, alguna forma de organización social, y la capacidad para concebir y construir los patrones, en los cuales utilizaron más de dos toneladas de estalagmitas.
?Para esto habría sido necesario movilizar personas que eligieran, dirigieran, asesoraran, fabricaran; y además, iluminación continua ?señala-. Todo esto apunta a una sociedad estructurada?.
¿Un clan u osos de las cavernas?
Esa es una interpretación, pero algunos científicos dicen que es muy pronto para sacar semejantes conclusiones sobre el sitio. Para empezar, no se sabe cuán generalizada pudo haber sido una conducta tan compleja entre los neandertales, o si las estructuras fueron construidas por una o muchas personas.
?No sabemos cuántas personas participaron, si las estructuras se construyeron de una sola vez o en varios eventos, por una persona o varias ?dice la antropóloga Marie Soressi, de la Universidad de Leiden-. No sé qué suponer, porque este descubrimiento es muy inusual?.
Otros científicos incluso cuestionan el presunto origen humano de las estructuras, y sugieren que pueden ser obra de osos de las cavernas que hibernaban.
?¿Quién, en su sano juicio, construye estructuras a 300 metros bajo tierra en el interior de una cueva? Refugiarte en una cueva es una manera de no tener que construir una estructura artificial ?dice el paleoantropólogo John Shea, de la Universidad de Stony Brook-. Cuando los osos se disponen a hibernar, apartan a un lado toda la basura. Esto parece un lugar donde los osos de las cavernas venían a echar una buena siesta regularmente, a lo largo de mucho tiempo?.
Pero Soressi señala que los cubiles de osos suelen ser más pequeños que el círculo más grande; además, los animales no apilan estalagmitas, sino que excavan huecos y empujan objetos para apartarlos. Y por otra parte, ?los osos no encienden fuego?, agrega Jaubert.
Secretos subterráneos
Si las estructuras realmente son obra de neandertales y no de osos de las cavernas, su propósito sigue siendo un misterio. Nadie sabe qué hacían los neandertales en aquella cueva, o cuánto tiempo la usaron. Jaubert y sus colegas se niegan a especular sobre la función de las estructuras hasta que una investigación ulterior revele más de la historia del sitio.
Mientras tanto, es difícil no preguntarnos qué hacían nuestros parientes prehistóricos en las entrañas de la caverna, en esos círculos de piedra iluminados con fuego.
?La datación de las complejas estructuras de Bruniquel corresponde a un periodo glacial prolongado y frío, y en ese tiempo, la cueva pudo haber proporcionado un refugio temporal más templado?, dice Stringer.
?Si quedan residuos enterrados de la ocupación, podrían ayudarnos a determinar si fue un refugio o albergue funcional, tal vez techado con madera y pieles, o algo que tenía una significación más simbólica o ritual?.