Imágenes galardonadas revelan el costo real de la crisis actual para la siguiente generación.
Caos es casi lo único que hemos visto del movimiento masivo de refugiados y migrantes en Medio Oriente. Multitudes cruzando el mar en barcos demasiado pequeños; clamando porque les permitan cruzar puntos de revisión fronterizos; huyendo de guardias armados con rifles y cañones de agua. Pese a ello, el fotógrafo Magnus Wennman decidió encontrar los momentos de silencio en medio de la cacofonía.
Las fotos de su serie ?Donde duermen los niños? muestran el sufrimiento individual de los refugiados más pequeños. Y hace poco, el proyecto ganó el tercer premio en la división Personas/Historias del concurso World Press Photo 2016.
Según informes de UNICEF, más de 2.4 millones de niños sirios viven como refugiados. Eso es un poco más de la mitad del total de refugiados que han huido de Siria. Y muchos más migrantes han salido de otros países de Medio Oriente para evitar guerras, pobreza, y hambre.
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Muchos de esos niños llevan a cuestas sus pertenencias mientras caminan grandes distancias cada día; otros realizan trabajos serviles para ganar dinero para sus familias. Muchos están enfermos y hambrientos; muchos han perdido a sus padres; la mayoría se ha quedado sin hogar y sin posibilidades de educación. Pero como nos muestra Wennman, estos niños incluso han perdido un privilegio que muchos damos por sentado: el de dormir tranquilos.
Durante una entrevista con CNN, el otoño pasado, Wennman reconoció que es difícil entender la política de la crisis de refugiados. No obstante -agregó- es muy fácil darse cuenta de que los niños necesitan un lugar seguro dónde dormir?.
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