Los antepasados más próximos de los animales más grandes de la Tierra fueron diminutos seres parecidos a ciervos.
El Indohyus era un animal acuático que se alimentaba de plantas
Los antepasados más próximos de los animales más grandes de la Tierra fueron diminutos seres parecidos a ciervos que saltaron a los ríos para escapar de sus depredadores prehistóricos, sugiere un nuevo estudio. Indohyus, una especie de mamíferos semi-acuáticos del tamaño de un mapache, habitó el sur de Asia hace unos 48 millones de años y formó parte de un gran grupo de mamíferos llamado artiodáctilo, que incluye cerdos, ovejas, hipopótamos y jirafas modernos.
Varios estudios fósiles recientes sugieren que los artiodáctilos dieron origen a las ballenas y que el hipopótamo es su pariente vivo más próximo. Sin embargo, los hipopótamos aparecieron en el registro fósil hasta hace 35 millones de años, luego de que las ballenas se separaran de sus antepasados terrestres, lo que deja un enorme vacío en la secuencia evolutiva.
Un equipo dirigido por el paleontólogo Hans Thewissen realizó el nuevo estudio examinando centenares de fósiles de Indohyus hallados en depósitos de esquisto arcilloso del territorio indio de Cachemira. «Creemos que Indohyus vivía en manadas, y que muchos de aquellos animales murieron simultáneamente en la región -explicó Thewissen, de los colegios de Medicina y Farmacología de la Universidad del Noreste de Ohio-. Sus huesos fueron arrastrados por el agua hasta el río y quedaron enterrados juntos».
Los fósiles muestran características distintivas que sugieren que los antiguos ungulados (animales con pezuñas) son los muy buscados «eslabones perdidos» en la evolución de las ballenas, informaron los científicos en la revista Nature.
«Lastre» óseo
La estructura de cráneos y oídos revela que Indohyus estuvo estrechamente emparentado con las ballenas, afirma el grupo de estudio. El hallazgo es «sorprendente», dado que Indohyus tenía el frágil aspecto de un ciervo, apunta Thewissen. «Era apenas del tamaño de un mapache, pero si lo viéramos en un zoológico, nos parecía muy similar a un ciervo en miniatura», agregó.
A pesar de ello, la estructura ósea sugiere que el animal pasaba mucho tiempo en el agua. Los huesos de las extremidades poseían una gruesa y densa capa exterior, característica observada a menudo en mamíferos acuáticos modernos, como el hipopótamo, pues requieren de un lastre adicional, señaló el equipo de estudio.
«Esta propiedad les permite caminar en el fondo del río sin que la flotación los impulse hacia la superficie -comentó Thewissen-. Por consiguiente, [Indohyus] también podía caminar en el agua». Además, la proporción de isótopos (rastros químicos) hallados en la dentadura de los fósiles es característica de animales que ingieren agua mientras se alimentan, agregó el equipo.
La química de los dientes fósiles también sugiere que la especie era herbívora, aunque siempre se ha creído que las primeras ballenas se adentraron en el agua en busca de peces. «A todas luces, no fue así -aseveró Thewissen-. Indohyus era un animal acuático que comía plantas.
Es posible que el cambio dietético que les convirtió en animales de presa [como es el caso de las ballenas modernas] ocurriera después de mudar su hábitat al agua». El estudio propone que Indohyus huyó al agua para escapar de sus depredadores terrestres. El equipo afirma que actualmente se observa una conducta similar en el ciervo almizclero africano, que vive en los bosques y se alimenta en tierra firme, pero escapa hacia los ríos cuando se ve amenazado.
Candidato semejante al hipopótamo
Sin embargo, este reciente intento para resolver el enigma sobre la evolución de las ballenas no satisface al paleontólogo de la Universidad de Michigan, Philip D. Gingerich, antiguo becario del Comité de Investigación y Exploración de la National Geographic Society.
En su opinión, hace falta información más convincente que la proporcionada en el artículo de Nature. Un elemento crítico para vincular a Indohyus con las ballenas sería el análisis del hueso que cubre el oído medio del animal, señaló Gingerich. «[Thewissen y sus colegas] afirman que un lado es más grueso que el otro y que tal es una característica de las ballenas, cosa que no niego -apuntó-. No obstante, es de lo más sorprendente observar esta característica en un animal que, por lo demás, parecía completamente terrestre».
Ya que el hueso auditivo es «un rasgo absolutamente crucial», prosiguió Gingerich, «no entiendo porqué no mostraron algún corte transversal, un estudio de tomografía o cualquier otra cosa que nos convenciera de que no se limitaron a medir [un hueso auditivo fósil] fracturado».
Diversos científicos han especulado que otros mamíferos del tipo de Indohyus podrían haber sido los artiodáctilos más estrechamente emparentados con las ballenas, dijo Gingerich. No obstante, hay investigadores que favorecen a otro candidato parecido al hipopótamo: los anthracotheres o «bestias del carbón», término que se refiere a fósiles animales descubiertos inicialmente en los pantanosos depósitos de turba de carbón de Europa.
Se sabe que los anthracotheres eran, por lo menos, parcialmente acuáticos, y se cree que están emparentados con los hipopótamos modernos, explicó Gingerich. Estudios de ADN «revelan que los hipopótamos tienen una relación tan especial con las ballenas que todos los otros artiodáctilos quedan excluidos», enfatizó.
Asimismo, los fósiles óseos de los anthracotheres poseen rasgos consistentes con la posibilidad de que hayan sido un grupo hermano de las ballenas, agregó Gingerich. Kenneth D. Rose, del Centro de Anatomía Funcional y Evolución de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, también ha manifestado reservas a propósito de la nueva investigación.
«Estudios recientes demuestran que ballenas y artiodáctilos están estrechamente emparentados, y algunas pruebas sugieren que las ballenas pertenecen al grupo de los artiodáctilos», informó Rose. A la luz de los trabajos anteriores, es posible que Indohyus fuera ciertamente un antepasado de las ballenas, reconoció. Pero «no creo que las pruebas descritas aquí lo confirmen de manera absoluta -declaró en un correo electrónico-. Es una interesante hipótesis que debe ser comprobada a la vez que descubran más fósiles completos» de Indohyus.