Los ñandúes pueden medir hasta 1.40 metros, son excelentes nadadoras y su origen se encuentra en Sudamérica.
Frank Philipp está subido a una colina, contando. "Un macho, seis hembras". Con sus prismáticos enfoca hacia unas aves extraordinariamente grandes, cuyo largo cuello y patas recuerdan al avestruz. Sin embargo, se trata de ñandúes, una especie endémica de Sudamérica que desde hace años se está expandiendo también en el norte de Alemania.
??Philipp, quien trabaja como planificador ambiental, y sus colegas, han contado ya unos 120 ejemplares de ñandúes que habitan en libertad en el área que rodea el lago de Ratzeburgo. Allí, no es difícil toparse con estas aves incapaces de volar pero buenas nadadoras y excelentes corredoras, cuyo nombre científico es Rhea americana. A los ñandúes les encantan los espacios abiertos y no son aves especialmente tímidas. De hecho, a cualquiera que pasee por la zona le resultará más fácil acercarse a un ñandú que a un corzo.
Con todo, en el recuento de primavera se identificaron menos ñandúes que en otoño. Según Philipp, es algo normal, pues no todos logran sobrevivir al invierno. El experto sube a su todoterreno hasta el siguiente punto de observación del Parque Natural, desde donde contempla un pantano junto al que pastan vacas y, entre ellas, buscan comida los ñandúes. "Igual de apacible es en Sudamérica", cuenta. No obstante, allí se encuentran en peligro de extinción debido a que los dueños de los rebaños los cazan para que no supongan competencia por la comida, añade. Y además, su carne es muy apreciada.?
En Alemania, al contrario de lo que sucede con el avestruz, la carne de los ñandúes no se considera delicatessen.
Los ñandúes se escapan una y otra vez desde propiedades privadas; de hecho, se cree que la población en libertad de esta zona del país se remonta a unos pocos ejemplares que huyeron de un criadero de Lübeck, desde donde se trasladó al vecino estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. ?Según Philipp, se trata de una población estable que está expandiéndose hacia el este, pues el lago de Ratzeburgo supone una frontera natural. Las autoridades medioambientales de Schwerin, capital del estado federado donde se ubican, sostienen que se trata de los únicos ñandúes que han logrado establecerse en libertad en Europa central.??
Estas aves que pueden medir hasta 1.40 metros de altura causan asombro al visitante, pero no agradan precisamente a los agricultores. La portavoz de una de sus asociaciones, Petra Böttcher, considera que la masiva expansión de los ñandúes es un problema en aumento: muerden las hojas de colza y las aplastan", explica. Allí donde hay muchos ñandúes, los daños son enormes, añade.??
Ante esta situación, los agricultores exigen una reducción de la población y que los ñandúes sean incluidos en la categoría de animales salvajes dañinos. "Si un jabalí destroza un cultivo, un agricultor puede pedir una indemnización", explica. Pero esa posibilidad no existe con los ñandúes. Además, no se trata de aves que se pueda cazar, sino que figuran en la lista de especies protegidas. "Ni siquiera se les puede espantar, sino que hay que aguantar que anden por los cultivos". ??Phlipp no entiende el enfado y afirma que los daños son escasos. "40 ñandúes comen tanto como una vaca", señala. Para los ñandúes, los cultivos de colza suponen un espacio ideal donde sobrevivir el frío invierno germano, explica el experto. Además, allí no hay depredadores, tan sólo las crías son atacadas por zorros o águilas marinas. Según Philipp, anualmente entre uno y tres ñandúes muere atropellado por un coche.