Un veterinario trata de hacer una fecundación in vitro, con el esperma del único macho que vive en Sudan.
Todas las esperanzas están depositadas en Morne dela Rey. El veterinario sudafricano está especializado en la fecundación in vitro y, con esta técnica reproductiva, intenta garantizar la supervivencia del rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni), del que sólo quedan cinco ejemplares en todo el mundo.
De ellos, dos hembras viven en cautiverios, una en San Diego (Estados Unidos) y otra en la República Checa. Los tres restantes, las hembras Najin y Fatu y el macho Sudan, residen en el parque-reserva natural Ol Pejeta Conservancy de Laikipia, Kenia, bajo la estricta vigilancia de guardas armados.
"Como medida de seguridad, les hemos quitado el cuerno, aunque la gente mata a los rinocerontes incluso si sólo pueden hacerse con el más pequeño resto que les quede", explica el director del Ol Pejeta, Richard Vigne.
En el mercado negro, un kilo de cuerno de rinoceronte puede llegar a costar 50,000 euros (56,000 dólares). Y es que éste, compuesto esencialmente de keratina, es muy apreciado sobre todo en Asia como estimulante y remedio contra todo tipo de enfermedades.
Según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), en los años 60 existían aún 2,250 ejemplares de esta subespecie de rinoceronte repartidos por Uganda, Chad, la República Centroafricana y Congo. Pero ya en 1998 quedaban sólo 25 rinocerontes blancos del norte en libertad en el Parque Nacional congoleño Garamba.
"La caza furtiva fue siempre la mayor amenaza (para la subespecie) y sigue siéndolo al día de hoy", afirma Joseph Okori, experto en rinocerontes del WWF. Además, a ello se suma la destrucción del hábitat de estos herbívoros debido a la explotación minera, maderera, urbanística y a los conflictos.
Hasta ahora, los intentos de lograr que los supervivientes se reprodujeran de forma natural no han tenido éxito. Sudan, el único macho, tiene ya 42 años. Quizá viva otros cuatro o cinco, pero el tiempo apremia. Y ahí entraron en juego el sudafricano Dela Rey y su empresa Embryo Plus: primero, reuniendo esperma del macho y, después, adquiriendo óvulos de dos de las hembras.
"Es el último intento para lograr que el rinoceronte blanco del norte no desaparezca", afirma el director del Ol Pejeta.
Fotografías: Animales con cuernos
El esperma de Sudan está congelado en un banco de semen, de manera que aunque el macho muriera, éste pueda usarse para engendrar nuevos ejemplares. En teoría. Y es que según advierten los expertos, la calidad de los espermatozoides desciende a medida que aumenta la edad del macho, y con ello las posibilidades de una fecundación exitosa.
Ahora, los veterinarios esperan poder fecundar un óvulo en el laboratorio e implantárselo a una de las hembras de rinoceronte blanco del sur, una subespecie que cuenta todavía con más de 20,000 ejemplares en África.
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