El Santo Californiano que también es cocinero.
En San Francisco no hace falta sentarse en un restaurante para chuparse los dedos, basta caminar por la calle Embarcadero, con el mar de costado. Esta colección de puestos de mariscos y mercados orgánicos justifican, con sus sabores, comer parado.
Ferry building marketplace
Este mercado no es el lugar para hacerse esencialmente de productos regionales al mejor precio. Los hay, sí, pero conviven con comida preparada, delicias importadas y etiquetas que no sugieren precisamente gangas. Eso sí, es perfecto para saciar antojos muy peculiares.
Fisherman´s Wharf
Este muelle, engentado y caricaturesco, no es el favorito de los locales que lo encuentran demasiado turístico. Aun así, reconocen que dos de los emblemas gastronómicos de la ciudad los llevan a pensar en él: pan sourdough y cangrejos dungeness. Una docena de restaurantes de mariscos atiborran este embarcadero que ofrece, para comer de pie y sin manteles largos, los mismos sabores a quienes transitan por la calle Taylor.
Especial: El futuro de la comida