Un lugar que debes conocer.
Insertado en los parajes montañosos de ?entjo?t Nad Horjulom en Eslovenia se encuentra Brunarica Gri?. Este es un restaurante que recientemente ha sufrido una interesante metamorfosis con la llegada del joven Luka Ko?ir, quien ha renovado el restaurante de su familia, en el que ahora luce un menú que se puede imaginar en cualquier restaurante de cualquier gran ciudad europea.
Este pequeño chalet es una de las experiencias de "fine dining" más interesantes que se puedan vivir en este país, además de Hisa Franko, y una exquisita forma de entender el íntimo lazo que los cocineros eslovenos tienen con la tierra. Luka abastece su cocina con vegetales y frutas del huerto familiar, con aves que son alimentadas y cuidadas a kilómetros de distancia, pesca de la zona y los maravillosos quesos regionales.
Nada qué pedirle a ningún productor foráneo, porque e Eslovenia el término local cobra una dimensión total única Brunarica Gri representa a una generación de apasionados de la cocina desde su origen más primario. Fuera de los flashes, concentrados en crear experiencias auténticas y en sustentar las producciones locales.
Peter Bloombergson, sueco de nacimiento, que hoy en día se dedica a criar patos y trabaja de la mano con el chef Luka Kosir. El sabor de esa carne es simplemente sublime y único.
?La cocina europea, desde hace varios años se rige por tres o cuatro modelos, el de Ferrán, Andoni, el de Redzepi. Muchos otros cocineros marcan diferencias sustanciales y Eslovenia como país también lo es. Un país que se conserva rural con un contacto íntimo con la naturaleza. Está lo suficientemente lejos de España, lo necesariamente cerca de Italia, sin que esto signifique que imite su tradición gastronómica; está también lejos de los países nórdicos, todo esto hace que Eslovenia sea un país con un presente y futuro culinario sorpresivo. Es un nuevo destino, es ese lugar a donde uno debe ir a comer alguna vez en la vida?, dice Andrea Petrini, reconocido periodista e investigador italiano.
La profunda conversación que la cocina eslovena tiene con la naturaleza, su interpretación de la modernidad y los intensos sabores de sus vegetales, quesos, peces, vinos, la colocan como una nueva y prometedora capital culinaria, con sus nuevas figuras que poco a poco le brindan una nueva visión gastronómica a aquel país de los castillos, de las montañas que se cruzan con el cielo y te roban suspiros.
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