En este lugar se consumen 45,000 litros de vino al año.
El Estado del Vaticano, con una superficie de apenas 44 hectáreas, es el mayor consumidor de vino de todo el mundo. Los datos se han obtenido con base en la totalidad del vino que se compra e importa anualmente en cada país.
La Santa Sede, según un estudio realizado por el Instituto del vino de California y la Organización Internacional de la Viña y el Vino, ubicada en París, es la que más consume esta bebida. Los 800 habitantes del estado pontificio consumen 45,000 litros de vino al año.
La mayoría de los habitantes del Vaticano cumplen con el perfil clásico del consumidor de vino, ya que son hombres mayores de 50 años, solventes y sin niños a su cargo. Por otro lado, esta bebida no solo se utiliza en las ceremonias religiosas, sino también durante las comidas o eventos que hay en este estado soberano.
El Papa Francisco una vez hizo una declaración en relación a la importancia del vino:
«Un banquete nupcial sin vino es una vergüenza para los recién casados, ¡imaginaos acabar el banquete bebiendo té! El vino es necesario para la fiesta».
El vino para consagrar, y que se utiliza en la eucaristía, debe ser natural, del fruto de la vid, puro, sin corromper y sin mezcla de sustancias extrañas. La postura de la iglesia es que no se debe admitir bajo ningún pretexto otras bebidas de cualquier género.
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