Vistas color turquesa en habitaciones que se fusionan con la naturaleza
Olvídate de los megahoteles y Hospédate en los hoteles que reflejan el carácter de cada isla.
Luego de años de restauración, hacienda chocolatera de Santa Lucía, que data de 1745, fue transformada en hotel en 2011.
Algunas de las seis cabañas y chalets cuentan con cobertizos frontales, regaderas al aire libre y vistas hacia el mar Caribe y las montañas volcánicas gemelas: Pitons.
Para rememorar su pasado, se invita a los huéspedes a prepararse su propio chocolate. El chef emplea cacao en platillos como atún de cola amarilla con pesto de cacao.
El tratamiento emblemático del spa incluye un masaje con aceite de cacao.
Su nombre en swahili significa bienvenida y sus fundadores son Erick y Marion Clamen.
Las seis habitaciones con vista a la bahía de Cul de Sac, al norte de la francesa St. Martin, poseen decoración que utiliza materiales locales para crear una apariencia de ?trópico que descubre a modernidad?:
Pisos de concreto encerados, mobiliario de maderas nobles fabricado a la medida, y manchones de colores audaces.
Cada suite cuenta con un área para sentarse, cocineta y terraza privada con vistas hacia Little Key y los islotes Pinel, a los que se puede llegar con un breve paseo en lancha.
Enclavados en los acantilados costeros del noroeste de Dominica, los cuatro chalets y búngalos de Secret Bay tienen vistas hacia las montañas, cuyas laderas descienden hasta el océano.
El arquitecto venezolano Fruto Vivas utilizó madera greenheart de Guyana, proveniente de una fuente sustentable, y ventanas de piso a pecho para obtener diseño parecido al de una casa en el árbol.
Puedes pasártela como en una ermita (los cuatro cuentan con kindles cargados con periódicos), o bien salir a la aventura; aquí te prestan kayaks, equipo para esnórquel o bicicletas de montaña para explorar las dos playas cercanas, una caverna submarina y el río Cario.
A partir de 252 dólares.
St. Regis Bahia Beach Resort, Puerto Rico
Ubicado en una antigua plantación de cocos a los pies de la selva tropical El Yunque, este hotel fue diseñado teniendo en mente la biodiversidad de sus alrededores.
La propiedad, que reserva el estilo de una plantación, ofrece habitaciones modernas con acentos caribeños, como techos con lámparas montadas en salientes, ventiladores de techo de ratán y terrazas privadas.
En los jardines hidropónicos y de jardines elevados se cultivan las verduras y hierbas que se usan en el Fern, el restaurante franco-asiático a cargo de Jean-Georges Vongerichten.
A partir de 439 USD.