Existe el riesgo de que los cimientos se hundan si hay un terremoto, por lo que será necesario transladarlo.
El castillo domina sobre Hirosaki. En el lugar desde el que antes los samuráis vigilaban la ciudad del norte de Japón se apiñan ahora turistas de todo el mundo. En primavera, cuando florecen los cerezos, llegan en masa hasta el foso para disfrutar de las vistas del imponente castillo.
Pero este año la tranquilidad del lugar se ha transformado en una actividad frenética: el castillo de Hirosaki está de mudanza. "Los cimientos se están curvando peligrosamente hacia afuera. Existe el riesgo de que se hundan si se produce un terremoto", advirtió Masaaki Jin, el funcionario responsable de la administración local.
Por eso es necesario trasladar el castillo samurai a otro lugar. Y se hará tal y como está, con sus muros y techos de madera, sin que se desmonte ni una sola parte. Se trata de una tarea espectacular que, al contrario de lo que se podría esperar de Japón, no se llevará a cabo con alta tecnología. El castillo de 400 toneladas, que se encuentra en su estado actual desde 1810, será desplazado e incluso en parte elevado con cuerdas.
"Se somete al castillo a menos estrés si es desplazado como un todo, en lugar de ser desmontado y después vuelto a montar. Además, se ahorra tiempo", explicó Jin.
Para llevar a cabo este proceso, los antepasados han recurrido a la experiencia de sus antepasados. El castillo fue construido originalmente a principios del siglo XVII, se quemó pocos años después y fue reconstruido unos dos siglos más tarde. Durante la época del emperador Meiji (de 1868 a 1912) el edificio ya tuvo que ser trasladado, también debido al estado de los cimientos.
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Si en aquella ocasión los arquitectos se sirvieron de madera y sencillas poleas de inversión para el traslado, sus sucesores emplean ahora modernos mecanismos de elevación y raíles metálicos para levantar el edificio de tres plantas de 14.4 metros de altura.
"Se tardó dos días en levantar el castillo unos 35 centímetros de sus zócalos de piedra con 27 plataformas elevadoras", relató Jin. Tras ello se colocaron ruedas y railes bajo el edificio.
El edificio será arrastrado 70 metros a través de los raíles, pero no es tan fácil. La "mudanza" no transcurre en línea recta, sino que tiene que sortear los cerezos. En los primeros días se avanzaron unos 20 metros, aunque más lentamente de lo que se esperaba. "Yo espera que uno pudiese ver un poco como se movía el castillo", apuntó un turista.
A finales de septiembre, hasta 100 voluntarios podrán echar una mano cada día. Podrán tirar de cuatro cuerdas para acercar un poco más al castillo a su nuevo lugar. En 2021, cuando los fundamentos del edificio ya estén reparados, este volverá a ser trasladado a su lugar original.
Se trata de un espectáculo único. Apenas hay una decena de castillos tan antiguos como este, recordó Jin, pero sólo en el de Hirosaki se puede contemplar el "Hikiya", es decir, el arrastre a través del sistema de cuerdas.