La isla italiana resguarda un castillo y un cono volcánico.
Quien pase sus vacaciones en el golfo de Nápoles, en la costa suroeste de Italia, no necesita viajar mucho para ir a Isquia. A esta isla, situada directamente frente a la costa, se puede llegar en ferry o en hidroala.
El senderismo es una opción prometedora en este lugar, por ejemplo hacia la cumbre del monte Epomeo.
Por la mañana reina una intensa actividad en el muelle de Napóles. Guías turísticos agitan banderitas multicolores para intentar dirigir a sus grupos al barco correcto. Desde allí salen numerosas excursiones a Capri y también a Isquia. El viaje en ferry dura 45 minutos.
En camino
Desde la cubierta se puede observar de forma relajada cómo desaparece lentamente la silueta de Nápoles, dominada por el Castel Nuovo y el Castel dell’Ovo. Cuando hace buen tiempo, se puede ver en el horizonte el Vesubio. Más tarde aparecen Capo Miseno y la pequeña isla de Procida. Después, el capitán atraca el ferry en la zona portuaria de Isquia Ponte.
Numerosos taxistas compiten entre sí para ofrecer su servicio a los pasajeros. En vehículos de tres ruedas llevan a los turistas a sus alojamientos. "Ya era así a finales de los años 50", recuerda Antonio de Meglio, de 80 años. "Rápidamente me di cuenta de que se puede ganar más dinero con turistas que con viñas". Al principio solo conducía un taxi. Más tarde llevaba a turistas que buscaban alojamiento a la casa de sus padres. Era lógico que después construyera un pequeño hostal. De Meglio se casó con una turista alemana con quien tuvo dos hijos, Andrea y Giovangiuseppe, que actualmente administran el hostal convertido en un hotel de clase media.
La mayoría de los turistas sigue viajando a Isquia para pasar las vacaciones en la playa, pero son cada vez más los que descubren la isla como destino senderista. "Isquia es una isla verde marcada por actividades volcánicas", dice Andrea di Meglio, quien dirige todas las semanas varias excursiones a pie por viñas y bosques que dan mucha sombra.
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Una de las excursiones más bonitas comienza en Isquia Ponte, un pueblo dedicado al turismo cuyos callejones con muchos rincones y casas antiguas tienen un gran encanto. Sobre la localidad se alza el castillo Corona de Aragón. El pequeño pueblo de Campagnano, situado un poco más alto, ofrece tras una caminata de unos 20 minutos la vista panorámica más bonita de la fortaleza. Después de caminar otra media hora aparece Torri di Campagnano. Solo pocas antiguas casas campesinas en este diminuto pueblo siguen habitadas. La vista panorámica es digna de una tarjeta postal y llega hasta la vecina isla de Capri.
Un clásico entre las caminatas es el ascenso a la cumbre del monte Epomeo. Con 789 metros, este cono volcánico es el monte más alto de Isquia. Y también aquí el esfuerzo que implica el ascenso se ve recompensado por una vista panorámica fantástica.
Información básica
Cómo llegar: En avión a Nápoles y desde allí en ferry o hidroala a Isquia.
Alojamiento: La oferta de alojamientos va de sencillos albergues hasta hoteles de lujo pasando por casas de vacaciones. Una noche en el hotel de cinco estrellas puede costar más de 300 euros (335 dólares).