El hundimiento de un buque marca el inicio de un nuevo capítulo para la vida marina.
El hundimiento del buque Uribe 121 el 21 de noviembre pasado en las playas de Rosarito en Baja California, México, marcó un nuevo capítulo para la vida marina.
Nació en 1980 en Cádiz, España, con el objetivo de ser guardacostas mexicano. Pasaba su vida en el mar evitando la pesca ilegal y el tráfico de drogas, pero ahora el buque Uribe 121 está hundido en las playas de Rosarito para convertirse en el primer arrecife artificial del Pacífico Norte mexicano.
El nuevo arrecife artificial ayudará a la generación de espacios para la vida submarina que coloniza.
La nave hundida será útil para disminuir la presión sobre los arrecifes naturales que han sido sobreexplotados, proporcionando sitios alternativos para el buceo -en el mundo existen más de 20 millones de buzos registrados, y de ellos aproximadamente 500 mil residen en México-.
Con el hundimiento se inaugura el Parque Submarino Rosarito que estará conformado por cinco espacios de actividad marina y terrestre: El buque Uribe 121 es el primero de los hundimientos, mientras se creará La Atlántida Prehispánica con reproducciones de piezas arqueológicas de diversas culturas de México.
Con motivo de la filmación de Titanic en estas playas, se sumergirán reproducciones de piezas de este legendario barco a manera de homenaje; el Jardín Escultórico será una gran galería de arte submarina con piezas hechas de cemento y hormigón, y finalmente en el Centro de Monitoreo en Puerto Nuevo se podrá ver desde tierra lo que sucede en las profundidades del mar.
El parque contará con una superficie de más de 40 hectáreas submarinas en donde se permitirán la reproducción de especies en una zona que hoy es desértica y funcionará como un laboratorio científico para conocer sobre las especies y su forma de vida.