La Capital Europea de la Cultura 2016 dará muchas sorpresas.
En el restaurante Akelarre, uno de los más conocidos de España, el cocinero vasco Pedro Subijana reflexiona sobre su ciudad natal, San Sebastián, que en 2016 será Capital Europea de la Cultura junto a la polaca Wroclaw.
"Ésta ha sido siempre una ciudad con mucha iniciativa", dice con orgullo uno de los pioneros de la llamada "nueva cocina vasca", el movimiento que en los años 70 revolucionó la gastronomía desde este rincón del norte de España.
Cuando hace medio siglo decidió cambiar la carrera de medicina por los fogones -provocando un serio disgusto a su familia-, Subijana no podía imaginar que la cocina sería uno de los "platos fuertes" de la programación de una Capital Europea de la Cultura ni que él mismo sería el creador del "pintxo" oficial de San Sebastián 2016 (SS2016).
"Me pidieron que lo hiciera y dije que sí inmediatamente. Quería devolver a mi ciudad algo de lo que me ha dado", explica tras desvelar los ingredientes de la receta: anchoa, guindilla, pan, queso feta y aceituna negra kalamata.
Los "pintxos" son una seña de identidad de San Sebastián, o Donosti, como la llaman sus habitantes acortando su nombre en euskera -Donostia-. Pero también lo es su amplia oferta cultural y su tradición turística, que se remonta a finales del siglo XX, cuando la nobleza española veraneaba en esta "perla" del mar Cantábrico.
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Ahora, medio millón de turistas se asoma cada año a la emblemática playa de La Concha, una de sus joyas, en la que algunos donostiarras nadan a diario, haga frío o calor. "Esta ciudad lo tiene todo: playa, cultura, historia, naturaleza…", enumera una de esas bañistas al salir del agua.
Pero durante casi medio siglo, el brillo de San Sebastián se vio ensombrecido por la violencia de ETA, grupo armado que persigue la independencia de la región del País Vasco. Por eso, el objetivo de dotar a los ciudadanos de herramientas para crear un marco de convivencia y para dejar atrás una sociedad divivida y marcada por el miedo y el odio estuvo desde los inicios en el epicentro del proyecto de capitalidad cultural para 2016.
"San Sebastián necesitaba superar un trauma y enfrentarse a algo que le permita seguir creciendo como ciudad y como sociedad", explicó Pablo Berástegui, el director de SS2016, que aglutina un centenar de proyectos en un variado programa.
Durante 12 meses, el arte, la danza, el teatro, el cine, la música, la arquitectura y la gastronomía se convertirán en plato de disfrute para los habitantes de San Sebastián, pero también en herramienta "terapéutica". El objetivo: mejorar la convivencia y disociar la ciudad de la imagen de violencia que la ha lastrado durante décadas.
"Sin ningún género de dudas, es una oportunidad para conseguirlo", aseguró a dpa el alcalde de la ciudad, Eneko Goia. "Se trata de un proyecto en el que queremos utilizar la cultura como elemento transformador, que a la vez es un reto interno: puede servir como instrumento para cerrar determinadas heridas que todavía existen entre nosotros".
El proyecto de SS2016 se lanzó con ETA todavía en activo. El alto el fuego definitivo de la banda armada, en octubre de 2011, lo hizo evolucionar, hasta el punto de que ahora ya no se habla de violencia en singular, sino de "violencias".
"El origen del proyecto venía de una necesidad más explícita o más inmediata, de un sentimiento de dolor. Ahora no es solo eso", explica Berástegui.
San Sebastián fue la ciudad más golpeada por el grupo armado separatista, que mató allí a casi un centenar de personas. Pero incluso bajo esa lluvia de plomo, destacó por su empuje cultural, desarrollado al abrigo de instituciones y eventos de prestigio internacional, como su Festival Internacional de Cine, el Festival de Jazz, el Kursaal -diseñado por Rafael Moneo- o el Museo de Chillida-Leku, dedicado al escultor donostiarra Eduardo Chillida (1924-2002).
"Desde el momento que acaba ETA, la sociedad vasca cambia. En estos momentos, los que son muy contrarios ideológicamente pueden convivir con bastante normalidad", dice a dpa José Luis Rebordinos, el director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, uno de los más importantes de Europa, que este año incluirá en su programación un ciclo de 35 películas centradas en conflictos.
"Queda camino por hacer pero la diferencia con respecto a lo que vivíamos hace cuatro años es muy grande. Hay recorrido que hacer, hay cosas que hablar, que aclarar y que aprender, pero en general hemos dado un gran salto. Y eso es algo que se percibe en el día a día de la ciudad", destaca también el alcalde.
Sacar adelante SS2016 no ha sido fácil: desde que se lanzó, en 2008, han pasado por el Ayuntamiento tres alcaldes de colores políticos diferentes. La propia esencia del proyecto, muy conceptual y sin intervenciones llamativas ni grandes nombres, también dificultó la tarea de hacerlo llegar a los ciudadanos.
El programa, con más de 100 proyectos distintos y centrado en la participación ciudadana, se estructura en tres "faros" que "iluminan posibles líneas de camino" en el avance hacia la convivencia: el faro de la vida, el de la paz y el de las voces.
Siguiendo la metáfora marina, SS2016 cuenta, además, con "muelles" que abordan cuestiones cercanas a los ciudadanos para ahondar en el pensamiento crítico a través del arte. Por ejemplo, una actividad de teatro en la que se presentan diversas situaciones en torno al conflicto vasco para hacer reflexionar al espectador.