La pintoresca ciudad del suroeste de Polonia será Capital Europea de la Cultura en 2016.
Tal vez sea exagerado hablar de la "Venecia de Baja Silesia", pero los puentes aportan un elemento clave al paisaje de Wroclaw. La ciudad polaca quiere aprovechar su condición de Capital Europea de la Cultura en 2016 para presentarse al mundo como un gran "puente" simbólico: entre pasado y futuro, entre oriente y occidente.
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Con una historia trágica y un presente radiante, la pintoresca ciudad del suroeste de Polonia está considerada una de las más bellas del país y cuenta con una poderosa oferta cultural que se ampliará aun más durante todo el año próximo, cuando se convierta en una de las dos capitales culturales europeas junto a la española San Sebastián.
"Nuestra oferta está pensada no sólo para los visitantes, sino también muy especialmente para los habitantes de la ciudad", asegura Magdalena Babiszewska, portavoz de la organización de los eventos previstos. "Wroclaw tiene una historia que contar".
Esa historia es en parte la de un quiebre: el que se produjo a fines de mayo de 1945 cuando la entrada de las tropas soviéticas marcó el fin de la Breslau alemana y el comienzo de la Wroclaw polaca, una ciudad obligada a reencontrar su identidad con una población nueva. Pocas ciudades sufrieron un giro tan drástico tras la Segunda Guerra Mundial.
Pero desde entonces pasaron 70 años y tres generaciones. La herencia alemana superó los reparos y el temor de décadas pasadas y se integró como una más de las muchas influencias culturales que hacen tan interesante la ciudad.
Por eso 2016 llega como un año para compartir y celebrar, en el que los festivales culturales ya establecidos propondrán un programa más ambicioso de lo habitual y convivirán con nuevos proyectos, performances, recitales y lecturas tanto en los grandes escenarios como a pie de calle.
El programa comenzará el 17 de enero, día en que Wroclaw inaugura oficialmente su capitalidad cultural. El evento denominado "Mosty" (Puentes) convertirá los 26 puentes de la ciudad en proyectos artísticos a lo largo de todo el día.
Entre tanto, miles de voluntarios ensayan desde hace cierto tiempo para que el fin de semana de la inauguración funcione sin inconvenientes la gran performance "Przebudzenie" (Despertar), del artista británico Chris Baldwin. Su plan: cuatro figuras gigantescas que representan la religión, la innovación, las mareas y la reconstrucción se dirigirán a la plaza mayor para formar una instalación de 14 metros de altura.
La portavoz Babiszewska prefiere no revelar más detalles: "La idea es que sea una sorpresa". Lo que está claro es que el espectáculo marcará uno de los puntos más altos de las celebraciones que se extenderán durante todo el año.
Los vecinos y turistas podrán disfrutar de un programa que incluye alrededor de 150 proyectos y eventos, algunos lanzados por inciativas ciudadanas y otros con vocación masiva y espectacular, como la reunión de miles de guitarristas en la plaza del mercado el 1 de mayo para tocar en conjunto la canción "Hey Joe" de Jimi Hendrix.
Una "Noche de la literatura" abrirá a amantes de las letras espacios por lo general cerrados o poco habituales, como sótanos, iglesias y torres en las que se organizarán lecturas.
La música tampoco estará ausente gracias al jazz polaco, protagonista durante tres fines de semana de primavera y verano, y a conciertos como el que ofrecerá el guitarrista de Pink Floyd David Gilmour junto con el pianista polaco Leszek Mozder.
El último tramo del año cultural reserva un regalo para los cinéfilos: el 10 de diciembre se entregarán en Wroclaw los Premios del Cine Europeo. Ya desde septiembre las salas de la ciudad proyectarán no sólo los candidatos para este año, sino también los galardonados en ediciones anteriores.