Los efectos beneficiosos del sol sobre el organismo son innegables, pero también los perjuicios.
Cada vez hay una mayor preocupación sobre los efectos nocivos del sol y, por tanto, una mayor atención hacia la protección solar. Casos recientes de personajes populares que han manifestado sufrir melanoma al no haberse protegido correctamente del sol, durante su adolescencia y juventud, han favorecido que ese sector de la población sea más consciente de lo que les puede suceder en un futuro.
¿Sabías que…?
Los rayos UVB afectan a la capa superficial de la piel (epidermis), y provocan efectos a corto plazo como las quemaduras.
Los UVA actúan como un enemigo silencioso, penetrando en nuestra piel sin que nos demos cuenta hasta alcanzar la capa más profunda, donde son capaces de causar daños graves a largo plazo: fotoenvejecimiento y alteración de las defensas de la piel.
Razones por las que se recomienda:
1. Una protección solar eficaz va más allá del factor de protección, tiene que ver también con la cantidad de producto que se aplica. Lo más recomendable es reaplicar el protector solar cada dos horas ya que el sudor, la ropa, el baño, la toalla, la arena hacen que vayamos perdiendo el producto.
Para que resulte menos fatigoso, a la hora de elegir el producto lo mejor es optar por aquellos que permitan una fácil aplicación y absorción.
2. El SPF es una medida que indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al enrojecimiento previo a la quemadura, producida por los rayos UVA. Por ejemplo, un SPF 30 nos indica que nuestro nivel de protección frente a un riesgo de quemadura es 30 veces superior que si no estuviéramos utilizando un fotoprotector.
3. Los protectores solares tienen fecha de caducidad, después de ella, o una vez terminada la temporada, lo más adecuado es desecharlos ya que el producto abierto, durante los meses de invierno, pierde sus propiedades.
4. Con un factor de protección alto reducirá más el impacto de los rayos UV y la piel necesitará algo más tiempo para desarrollar un bronceado natural, pero el mismo será menos peligroso y durará más tiempo.
5. Es necesario usar protector solar en la sombra o si el día está nublado, porque la radiación UV penetra muchos materiales y se refleja.
6. Es posible quemarse al nadar ya que el 60% de los rayos UVB y el 85% de la radiación UVA llega a un nadador a una profundidad de 50 cm bajo el agua. Los protectores resistentes al agua reducen el riesgo de quemaduras solares.
7. No debe reducir la protección solar cuando perciba que ya comienza a broncearse. Estar bronceado, no quiere decir que se esté bien protegido. Se requiere la protección adecuada durante toda la exposición al sol, independientemente de la temporada del año y la hora del día.
8. Los autobronceadores no protegen frente a la radiación solar, son cosméticos destinados a colorear la piel sin que exista generación de melanina. El uso de autobronceadores puede ser una alternativa para aquellas personas que deseen lucir un aspecto bronceado sin exposición al sol.
9. Muchas cremas hidratantes de rostro cara y manos llevan incorporado un filtro solar para proteger de la exposición puntual diaria, pero no es suficiente en el caso de una exposición más intensa.
10. Es recomendable aplicar la protección solar antes de salir de casa en dirección a la playa o la piscina y no olvidar las orejas, los empeines e incluso la planta de los pies.