La guía infaltable para tu próximo viaje a Alemania.
La cerveza tiene apenas cuatro ingredientes: agua, malta, lúpulo y levadura. Sin embargo, una cerveza no es igual a otra. "Los distintos tipos de malta, lúpulo y las diferentes formas de elaborarla crean sabores muy disímiles sin cambiar los ingredientes", asegura Werner Glossner, de la Asociación de Cervecerías Privadas de Alemania. ¿Pero qué es lo que da un toque especial a cada cerveza? ¿En qué se diferencian sus sabores? ¿Y con qué comidas hay que combinar cada una?
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– Pils: La pils es un clásico. Fresca, herbal y con el acento puesto en el lúpulo, es la cerveza más vendida en Alemania, uno de los países más especializados en cerveza. "La pils es para un bebedor de cerveza sin complicaciones, una cerveza típica para tomar el fin de semana a la noche", explica Sandra Ganzenmüller, de la Asociación de Sommeliers de Cerveza Diplomados de Alemania. La pils va bien con las entradas, para abrir el apetito, y se combina perfectamente con comidas ligeras, como el pescado.
Su contenido de alcohol es de 4.9 por ciento y tiene alrededor de 42 calorías por cada 100 mililitros. La regla general es que, cuanto más alcohol, más calorías. Sin embargo, otros factores, como la cantidad de malta, pueden influir también en las calorías.
– Clara: "La clara le gusta a casi todo el mundo y va con todas las comidas", afirma Ganzenmüller. En el sur de Alemania es una de las preferidas. Dado que para fabricarla se usan variedades de malta claras, es más dulce, blanda y maltosa. Su gradación alcohólica y sus calorías son similares a las de la pils.
– Oscura: La diferencia con la clara no reside sólo en el color. "Suele ser algo dulce y tiene un dejo maltoso, tostado. A veces también se le pueden sentir notas café o de chocolate", explica Glossner. El gusto fuerte de la cerveza oscura marida bien con comidas fuertes como carnes al horno o guisos. Aunque también se le puede tomar con un dulce potente, como una tarta de cerezas Schwarzwälder. Con 37 cada 100 mililitros, la cerveza oscura tiene algunas calorías menos que la pils o la clara, aunque el contenido de alcohol es similar.
– Weissbier: Las cervezas "weissbier", típicas del sur de Alemania, se destacan sobre todo por su sabor frutal y contienen malta de trigo. Además, esta cerveza tiene mucho gas, por lo que tiene un sabor refrescante. "La Weissbier es una cerveza para la que hay que tomarse un poquito de tiempo", dice Ganzenmüller. "Hay que saborearla con tranquilidad". Esta cerveza combina muy bien con comidas picantes, como los currys. "La dulzura balancea lo picante del plato", explica. El contenido alcohólico es de entre 4.5 y 5 por ciento. En cuanto a las calorías, son algo mayores: 52 por cada 100 mililitros.
– IPA: Se trata de una cerveza especial y con cada vez más adeptos. Lo especial de la India Pale Ale (IPA), cuyo origen es inglés, son sus fuertes notas de lúpulo. Dependiendo del tipo de lúpulo, se perciben aromas frutales, como de pomelo o limón, o incluso otras más herbales, como a pasto o heno. Estas notas armonizan con la sensación algo ácida y maltosa del aroma de la IPA. Su contenido alcohólico es de entre 5 y 7.5 por ciento.
– Bock: Quien quiera algo más fuerte debería inclinarse por la bock, que tiene una gradación alcohólica de 6 a 7 por ciento. Por eso, tiene alrededor de 58 calorías cada 100 mililitros. Para los que cuidan las colorías, la bock no es la cerveza adecuada, ya que hay que beberla con comidas fuertes, como pastas, quesos duros o carnes al horno.
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