Con la algarabía propia de las tradicionales posadas mexicanas, esto es, piñatas de siete picos, ponche de frutas y letanías en verso, la comunidad de visitantes, trabajadores y autoridades del Museo de El Carmen, en la Ciudad de México, inauguró el acostumbrado Nacimiento que el recinto monta en temporada decembrina.
Dispuesto en la Capilla Doméstica del antiguo Colegio de San Ángelo Mártir —espacio construido en el siglo XVII para que los frailes carmelitas llevaran a cabo sus actos litúrgicos sin salir de su clausura—, el Nacimiento que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) presenta, tuvo una amena inauguración en la que, escenificando a los posaderos de Belén, personal del museo dio la bienvenida a sus peregrinos.
La directora del Museo de El Carmen, Eva Ayala Canseco, quien estuvo a cargo de la investigación en la que se basa el montaje, expresó su agradecimiento a los diversos grupos de la tercera edad y visitantes del recinto que cooperaron para la realización de la posada que enmarcó la apertura.
Con la presencia de Laura Ornelas, directora de Cultura, Educación y Deporte de la alcaldía Álvaro Obregón, la historiadora del arte explicó lo siguiente:
Estas piezas se prestaron al museo por monseñor Diego Monroy, exrector de la Basílica de Guadalupe, quien posee una colección de 300 ceriesculturas relativas a la vida de Cristo, y que las elaboró el escultor Miguel Vázquez, oriundo de Salamanca, Guanajuato. Las piezas facilitadas se limpiaron por expertos en restauración.
Ayala Canseco apuntó que, si bien la tradición de los Nacimientos decembrinos tiene poco más de 10 años en el recinto a su cargo, a nivel mundial “se tienen referencias de que desde las catacumbas de la antigua Roma existían representaciones de los ‘sabios de Oriente’ que conocemos en México como Reyes Magos”.
Las fuentes escritas, abundó, también indican que fue en 1223, cuando san Francisco de Asís, intrigado por cómo debió haber sido la Natividad, llevó a cabo la primera recreación de este hecho, instalando un pesebre en una cueva y caracterizando a fieles como los personajes que, acorde con la Biblia, fueron partícipes de aquel suceso.
“Preservar esta tradición en un recinto laico tiene también que ver con una voluntad de entender a la Navidad como una época en la que, como seres humanos, nos sincronizamos con la naturaleza y reposamos bajo la idea de cerrar un ciclo e iniciar otro; lo cual es una idea universal, presente en diversas religiones y manejada por múltiples pensamientos filosóficos del mundo”, concluyó.
La gente lo puede ver con el boleto de ingreso al recinto.
Martes a Domingo de 10:00 a 17:00 horas.
Entrada libre para estudiantes, profesores y adultos mayores con credencial vigente. Domingos acceso gratuito al público en general.
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