Desde la era prehispánica, los colibríes han maravillado a los seres humanos. Sólo en México, existen 47 especies diferentes, de las cuales 13 son endémicas del país. A pesar de ser una de las aves más pequeñas conocidas en el reino animal, poseen atributos que los ayudan a sobrevivir y destacar de entre las demás especies aladas. Aquí te enseñamos 6 curiosidades que no sabías de los colibríes:
Uno de los mitos más importantes del Imperio Mexica fue el de la fundación de Aztlán: el Lugar de las Garzas. Según narraba el mito, estas aves diminutas eran mensajeros del dios de la guerra, Huitzilopochtli.
Cuenta la leyenda que, mientras Coatlicue, diosa de la fertilidad, barría su templo en la montaña de las serpientes, una brisa hizo que varias plumas de colibrí se asentaran en su seno. Fue así que en su vientre se gestó Huitzilopochtli quien, al nacer, llegó al mundo con una armadura, un escudo de águila y sandalias forradas de plumas de colibrí.
Cuando se ganó su puesto como dios tutelar de los mexicas, decidió guiarlos hasta Aztlán con sus mensajeros alados. Fue así como alcanzaron esta tierra mítica, en donde alzaron su civilización entera. Por esto, a nivel cosmogónico, estos pájaros ocupaban un lugar importante en la era precolombina.
Dado su tamaño y dimensiones, llama la atención que este animal tenga un ritmo cardiaco altísimo. En un minuto, en estado de reposo, su corazón puede latir entre 500 a 700 veces por minuto; mientras que en estado activo, alcanza las 1,200 veces por minuto.
Esto es así porque gastan una cantidad importante de energía por el vuelo. Son los únicos animales alados que tienen la capacidad de volar en todas direcciones: derecha, izquierda, adelante y hacia atrás. Es por esto que necesitan comidas frecuentes, que pueden sobrepasar su peso corporal cinco veces en un mismo día.
Gracias a su visión tetracromática, estas aves tienen la capacidad de ver colores que los seres humanos no son capaces de percibir. Esto es así por una desviación evolutiva, según un estudio conducido por Mary Stoddard, bióloga de la Nacional Academy of Sciences.
A pesar de su capacidad impresionante de aleteo, los colibríes son incapaces de caminar, porque su diseño anatómico se los impide. Por esta misma razón, no pueden saltar. Sin embargo, usan las patas para dos actividades principales. La primera, es percharse de las ramas de los árboles o de superficies sólidas para descansar o dormir. La segunda, para rascarse.
Conocida como «la técnica de buceo«, los colibríes machos tienen que elevarse hasta 20 metros de altura para dejarse caer de súbito. Antes de alcanzar el suelo, hacen una vuelta en U, para volver a subir. Esta acción la repiten las veces que sean necesarias para atraer a la colibrí hembra, quien se fija en aquellos que logran hacerlo con más gracia, así como llegar más alto.
A pesar de su tamaño, que no supera los 10 centímetros de alto, los colibríes son famosos entre los biólogos por ser aves agresivas. Se les ha visto atacar a los arrendajos, a cuervos e incluso a halcones, que muchas veces les triplican el tamaño y la fuerza. Esto sucede generalmente cuando otros pájaros infringen su territorio, que defienden a capa y espada con su pico, que generalmente mide lo mismo que la totalidad de su cuerpo.
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