El lince negro canadiense cuenta con una condición genética conocida como ‘melanismo’, que tiñe su pelaje de tonos oscuros únicos.
Sucedió en las afueras de Whitehorse, un poblado en Yukón, en 2020. Una mujer local captó en un video con su teléfono celular a un lince canadiense negro. Mientras sus perros le ladraban en el patio trasero de su casa, el animal se mantuvo estoico, sin miedo. Sentado en el pasto, el felino miró a la cámara unos segundos. Luego se paró y se fue, con la agilidad y sigilo que caracterizan a la especie.
Generalmente, los linces canadienses (Lynx canadensis) no son negros. De manera natural, su pelaje tiene las puntas blancas, con las raíces del pelo más oscuras, en tonalidades marrones y grises. Pocas veces se registran casos de melanismo en estos cazadores solitarios, como fue el caso del ejemplar avistado en Yukón. Esto es lo que sabemos sobre su caso.
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¿Qué es el melanismo?
Cuando la mujer subió el video a sus redes sociales, científicos de Instituto de Investigación de Pesca y Vida Silvestre de Florida analizaron el caso del lince canadiense negro. Dos años más tarde, se publicó un artículo en la revista científica Mammalia, en la que se analizaba a profundidad la población de esta especie en Yukón, al norte de Canadá.
Los investigadores concluyeron que el ejemplar avistado en 2020 padecía melanismo: una extraña mutación genética que hace que haya un exceso de melanina en el pelo. Esta sustancia se encarga de oscurecer la piel y el pelaje, explican los autores del estudio. Por ello, el ejemplar tenía una ‘capa negra’ cubriéndole el cuerpo completo:
«Solo hay una pequeña cantidad de registros de polimorfismos del color del pelaje en el género Lynx», escriben los autores en el estudio. «Se desconoce el significado adaptativo del melanismo en el lince, pero es probable que la pérdida de camuflaje durante la caza durante el invierno sea una mala adaptación».
Alrededor de un tercio de todos los linces canadienses padecen melanismo, registran los científicos. Aunque su pelaje atípico es resultado de una mala adaptación a los cambios en las estaciones, los investigadores aseguran que el animal estaba sano. Aunque seguramente representa una desventaja para camuflarse, esta misma condición genética se ha presentado en leopardos, panteras y otros felinos mayores.
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