Con casi 2 metros de altura, el casuario está equipado con enormes garras diseñadas para perforar cualquier superficie y causar heridas mortales.
Los casuarios no le tienen miedo a la cámara. Por el contrario, con un par de ojos amarillos enmarcados por una piel azul rugosa, enfrentan a la lente estableciendo una relación horizontal con quien lo mire. Fúricos, masivos, alados y de apariencia prehistórica, estas aves se posicionan como las más peligrosas de Nueva Guinea.
Un dispersador de semillas en el bosque húmedo
A pesar de su semblante duro, los casuarios son aves tímidas. De manera general, son difícilmente localizables en la densidad de la selva de Nueva Guinea. Sin embargo, la investigación científica en torno a la especie ha permitido saber que es un actor ecológico fundamental para su hábitat natural.
En medio de la selva húmeda, estos pájaros masivos y veloces dispersan las semillas de los distintos frutos de los que se alimentan, contribuyendo a la diversidad de especies vegetales. Como animales solitarios que son, si no se les enfrenta, son pacíficos y rara vez atacan a sus vecinos.
Si embargo, si se les provoca, no sólo pueden responder agresivamente, sino que es muy probable que terminen con su adversario sin demasiado esfuerzo: gracias a sus portentosas garras de 10 centímetros, esta ave puede herir mortalmente a cualquier depredador con una sola patada.
Esta especie alada es oriunda del norte de Australia, pero se extienden en el trópico hasta Nueva Guinea y las islas aledañas. Incluso en cautiverio, los cuidadores de los zoológicos advierten a los visitantes de no acercarse demasiado a los casuarios. A pesar de no ser muy ruidosos, si se sienten atacados, podrían lastimar gravemente a quien los enfrente.
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Un linaje de aves prehistóricas
Se tiene registro de tres tipos diferentes de casuario. El más pequeño de ellos llega a pesar hasta 22 kilos. En contraste, el más grande alcanza los 70. Dada su complexión, pueden vivir en ambientes montañosos y húmedos sin problema. Además, por su apariencia física, se ha rastreado un ancestro común que data de un pasado remoto, que se remonta a la prehistoria.
Incluso desde entonces, se tiene registro de que han sido excelentes nadadores. Además, son capaces de correr a 50 kilómetros por hora a través de la selva, y la poderosa musculatura de sus piernas le permite impulsarse para saltar muy alto. En una línea, podría ser un gran triatleta.
Por la misma morfología de sus garras, pueden perforar casi cualquier superficie: desde la tierra hasta las corazas naturales de algunos animales más pequeños. Se alimenta de caracoles, hongos y carroña. Con todas estas características juntas, se ha catalogado como el ave más peligrosa de Nueva Guinea —incluso para los seres humanos.
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