Un gigante sobrevuela las costas del África continental. A primera vista el picozapato (Balaeniceps rex) parece un animal hechizo, por la gravedad de sus ojos y sus dimensiones masivas. Con hasta 150 centímetros de altura, llama la atención por su mirada severa, enmarcada por un plumaje completamente gris, que le confiere una pesadez particular a la totalidad de su cuerpo.
A pesar del halo ominoso que emana de su mirada, el picozapato no es un animal agresivo. Pertenece a la familia de los pelícanos, y es fácilmente reconocible por el pico prominente en forma de zueco holandés, del que recibe su nombre. En proporción, la cabeza es más grande que el cuerpo, y está ocupada casi por completo por el pico, de 20 centímetros de largo.
Los machos y las hembras son muy parecidos. Tienen los ojos amarillos y las garras largas, así como una cresta despeinada que sobresale en la parte posterior del cráneo. Como la mayor parte de las aves zancudas, los pies son palmeados. Según el Acuario de Dallas, ésta es la única ave grande que colapsa a sus presas con el pico, con una velocidad que les impide escapar.
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Dadas sus dimensiones, es común que el picozapato extienda las alas para equilibrarse al caminar. Este comportamiento le confiere una presencia aún más amenazadora, considerando que es un animal nocturno, solitario y silencioso. Incluso en pareja, prefieren alimentarse por su cuenta: cada quién por su parte.
Esta especie es oriunda de África, en la región centro-oriental. Se le puede encontrar en el sur de Sudán, Uganda, Tanzania y Zambia. La longitud y fuerza de sus patas le permite transitar entre la vegetación enmarañada de su hábitat natural, particularmente entre los pastizales. Además, las dimensiones de sus alas le dan la capacidad de tener despegues poderosos, casi de manera vertical, para emprender viajes solitarios.
A pesar de esta capacidad, la especie no se caracteriza por describir rutas migratorias kilométricas. En algunas regiones más tropicales, sin embargo, se mueven estacionalmente para encontrar comida y un espacio propicio para aparearse. En general, disfrutan de posarse en los árboles, pero se les avista más comúnmente en el suelo, cerca de cuerpos de agua en los que puedan hidratarse y pescar.
En la actualidad, el ave más grande de África se encuentra amenazada. Además de la destrucción de su hábitat natural en favor de la agricultura, los picozapatos se caracterizan por rechazar a sus crías al nacer. Más que nada, porque los polluelos alcanzan dimensiones gigantescas a los pocos meses de vida, lo que imposibilita a los padres de abastecerlos de comida suficiente.
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