La población de ballenas grises que llegan a reproducirse a Baja California, en México, está decreciendo año con año sin una explicación clara.
Cada año, entre los meses de enero y marzo, las ballenas grises llegan a costas mexicanas para reproducirse. La calidez de las aguas de Baja California es un ambiente propicio para que las hembras puedan tener a sus bebés desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, por tercer año consecutivo, la población de estos mamíferos marinos se ha reducido significativamente.
Una serie de drones han detectado un constante demacre sobre los lomos de las ballenas grises. A la fecha, el número oficial registrado de muertes se eleva hasta 378. Los científicos siguen sin saber qué está motivando este incremento en la mortalidad, pero podrían tener una respuesta sugerente.
Una mortalidad inusual
Con casi 15 metros de longitud, las ballenas grises que se han avistado en las cercanías de las costas de Baja California están muy demacradas y cada vez más delgadas. De acuerdo con un estudio reciente publicado en Marine Ecology Progress Series, estas muertes inusuales empezaron en 2019.
Sin embargo, no es la primera vez en la historia que esto sucede. En el año 2000, un fenómeno similar se llevó las vidas de 600 ejemplares de estos mamíferos gigantescos. A pesar de esto, la población pudo recuperarse y continuó dirigiéndose a los mares mexicanos para dar a luz. Para emprender este viaje de más de 16 mil kilómetros desde las aguas del norte, las ballenas necesitan acumular reservas de grasa que les permitan sobrevivir.
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Una escasez de alimentos en el norte
De manera general, este periodo de alimentación les toma desde mayo hasta octubre. Sin embargo, si no logran alimentarse adecuadamente, sus defensas bajan y son más vulnerables a las condiciones del ambiente. Sin estos recursos, pueden morir en el camino hasta México, sin energías para emprender su viaje de regreso. A propósito de esto, Fredrik Christiansen, un investigador de ballenas en la Universidad de Aarhus y coautor de la investigación, señaló lo siguiente en un comunicado:
“Parece que una gran cantidad de ballenas grises están dejando sus áreas de alimentación ya en un estado nutricional deficiente y para cuando han completado la temporada de reproducción en México, han agotado sus reservas de energía y mueren de hambre”.
A pesar de que se supone que las muertes están relacionadas a una alimentación poco eficiente, los investigadores encargados del estudio no están seguros de qué está causando esta inanición. La explicación más sencilla sería una escasez en los mares de Bering, pero no es una certeza todavía.
¿Un efecto más del cambio climático?
Otra de las explicaciones más contundentes está ligada al cambio climático, que ha impactado severamente el ecosistema natural en el que estos animales se desempeñan. Recientemente, las aguas del norte han alcanzado temperaturas récord, que modifican la flora y fauna de la zona. De esta forma, se produce un desequilibrio ecológico.
Aunque las cifras parecen alarmantes, según la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), no están fuera de los límites de la normalidad. Lo que ha llamado la atención de los científicos es que recientemente se han observado más ejemplares adultos y jóvenes por igual demacrados. La amenaza a largo plazo sigue en observación.
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