Como si de una película de Alfred Hitchcock se tratara, cientos de buitres aterrorizan un pueblo de Pensilvania, en Estados Unidos.
El pasado 7 de diciembre, una parvada bestial de buitres aterrorizó a los pobladores de Marietta, Pensilvania, al dejar estragos en sus hogares de miles de dólares. Esta infestación masiva de buitres negros causó impacto por las dimensiones de las aves, que pueden alcanzar una envergadura de hasta metro y medio.
Estos pájaros carroñeros lograron destrozar los tejados y botes de basura de las casas, además de dejar un olor fétido por el trazo de excremento sobre los árboles. Como respuesta inmediata, los residentes recurrieron a ahuyentarlos con el sonido de ollas y sartenes, acompañados de gritos despavoridos. Hubo quien, incluso, prendió fuegos artificiales como último recurso.
Más allá de esto, hubo poco que los locales pudieran hacer. Las autoridades de Pensilvania no permiten la erradicación de este tipo de animales en tanto que el buitre negro es una especie protegida a nivel federal.
La situación se hizo más difícil cuando los locales se percataron de que, si dañaban a alguno de los pájaros, podrían pagar una multa de hasta 15 mil dólares. En Estados Unidos es ilegal matar o poseer buitres negros sin un permiso. La pena podría, incluso, condenarlos a seis meses de prisión.
Uno de los residentes del condado aledaño de Lancaster, John Enterline, aseguró a un medio de comunicación local que los pájaros habían arruinado varias veces el techo de su casa. Esto lo obligó a gastar varios miles de dólares de su salario sólo en reparaciones. Al día de hoy, la causa de esta invasión es desconocida.
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