Las sequías severas y el desarrollo industrial están terminando con poblaciones enteras de hurón de patas negras en Estados Unidos.
Corren largos años desde que el hurón de patas negras fue declarado como una especie amenazada. A pesar de los esfuerzos poderosos de reinserción en su hábitat, todavía se posiciona como el mamífero más amenazado de Estados Unidos. Por esto, biólogos y conservacionistas por igual han tenido que buscar nuevas alternativas. La clonación podría ser una de ellas.
Una hurón prolífica
Elizabeth Ann es la primera hurón y el primer ejemplar de una especie en peligro de extinción en ser clonado en los Estados Unidos. Nació el 10 de diciembre de 2020 y bajo la tutela de sus cuidadores, podría ser la hurón de patas negras que restablezca a toda su especie. No sólo de recuperarse de la caída abismal que ha registrado en los últimos años, sino de recuperar su diversidad genética.
A pesar de que los científicos a cargo del proyecto se ven entusiasmados por esta posibilidad, no todo brilla en el horizonte para los hurones. Además de recuperar los números de individuos existentes en el mundo, también es necesario hacer trabajo de campo.
Sin un hábitat saludable, el hurón de patas negras sólo podrá subsistir en cautiverio. Naturalmente, esta solución no es la óptima. La especie se caracteriza por habitar pequeñas zonas de los pastizales de América del Norte, que han sido arados para la agricultura, o intoxicados para proteger a los cultivos de plagas que terminen con ellos.
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Los hurones de patas negras no son los únicos que padecen de la destrucción de los pastizales en Wyoming. Las praderas rebosaban de otros mamíferos pequeños, como los perritos de la pradera de cola negra, el chorlito, búhos, los halcones ferruginosos y zorros.
Todas estas especies dependen del espacio natural para desarrollarse y mantener el equilibrio ecológico del ecosistema, que hoy se encuentra desolado casi por completo en favor de la ganadería y la industria.
Con las crecientes sequías, no sólo la pavimentación de las praderas amenaza a la diversidad del Norte de América. En un ambiente seco, sin recursos, difícilmente pueden sobrevivir, según reporta Ula Chrobak para Popular Science:
Las tierras del Servicio Forestal son de “usos múltiples”, lo que significa que se supone que la agencia debe equilibrar las necesidades de las plantas, la vida silvestre y las personas en lugares como Thunder Basin. Si bien esa disposición a menudo permite el pastoreo de ganado, también significa que la agencia tiene cierta responsabilidad de proteger a los residentes silvestres también.
Con la cesión de las tierras a los granaderos sin una regulación específica, el equilibrio ecológico de los pastizales norteamericanos corre peligro que, según Erik Molvar, director ejecutivo del grupo de conservación Western Watersheds Project, podrían producir «un desastre ambiental» en el no tan largo plazo.
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