Por primera vez en la historia, se describió la forma anatómica del clítoris de las serpientes. Los biólogos dicen que tiene forma de corazón.
Nunca antes se había pensado en que los reptiles tuvieran relaciones sexuales por placer. Parece ser, según un estudio publicado recientemente por la Universidad de Adelaida (Australia), que la visión falocéntrica de la ciencia nubló una vez más la investigación empírica: las serpientes tienen clítoris, y lo usan para disfrutar su sexualidad más allá de la reproducción.
El hallazgo vino de la Facultad de Ciencias Biológicas de la universidad. A cargo de la bióloga Megan Folwell, el equipo de investigadores consiguió la primera descripción anatómica de este órgano sexual. Esto es lo que sabemos.
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El clítoris es un órgano sexual femenino que sirve únicamente para el placer de las hembras, documenta la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Durante siglos, no sólo se desconoció su funcionamiento, sino que se omitió su existencia por una cuestión moral de represión a las mujeres. Parece ser que condicionamiento violento sesgó, también, la investigación científica.
Las mujeres humanas no somos las únicas que poseemos este órgano sexual. De hecho, en general, las hembras de mamíferos placentarios cuentan con él. Entre ellas, se pueden destacar a las delfines y las hienas. Además de diferenciarlas de los genitales masculinos, este órgano les confiere la capacidad de sentir placer al momento de tener relaciones sexuales.
Nunca antes se había registrado que, como las serpientes, otros reptiles tuvieran clítoris. Para el estudio, se analizó la anatomía de 9 especies de serpientes diferentes. Todas ellas contaban con el órgano sexual. Según lo describen los investigadores, tiene forma de corazón y millones de terminaciones nerviosas.
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Además de que el clítoris de las serpientes está conectado con su sistema nervioso, dicen los investigadores, cuenta con glóbulos rojos que alimentan tejidos eréctiles. Nada de esto se sabía, dado que la ciencia había tomado como base el cuerpo de los machos para realizar investigación.
Con esta generalización, se anularon por completo características intrínsecas al cuerpo de las hembras. En este caso, de las serpientes. Al respecto, Folwell asegura que esta omisión fue una cuestión meramente de género:
«En todo el reino animal, los genitales femeninos se pasan por alto en comparación con los masculinos», denuncia la especialista en un comunicado.
Estos hallazgos arrojan luz sobre la manera en la que se ha analizado el cuerpo de otros reptiles. No sólo eso: sino la evolución y desarrollo reproductivo de estos animales. «Estamos orgullosos de contribuir a esta investigación, sobre todo porque, por desgracia, los genitales femeninos de todas las especies siguen siendo tabú«, concluye la especialista.
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