Como las personas, las ratas cooperan entre ellas y le proveen alimento a quienes lo necesitan. Sin embargo, ¿cómo pueden estar seguras de que otras ratas de verdad tienen hambre?
AFP.- La respuesta puede estar en unas señales basadas en olores que develan de forma más fiable el apetito de una rata que sus gestos o sonidos. Esta información la reveló un estudio.
La autora principal del estudio, Karin Schneeberger, de la Universidad de Potsdam en Alemania, dijo a la AFP que estaba interesada en saber cómo los animales sociales identifican a los «tramposos» y aprovechadores. Entonces, ella y sus colegas estudiaron a las ratas «Rattus norvegicus» y publicaron sus hallazgos en PLOS Biology.
Trabajos previos mostraron que las ratas comparten su comida recíprocamente, según la consideren de mayor o menor valor.
Pero los científicos consideraban que los pedidos y gestos usados por las ratas para pedir comida podrían no siempre reflejar sus necesidades reales, permitiendo que roedores deshonestos engañaran a otros para que les entregaran elementos que les había costado obtener.
Para probarlo, tomaron ratas que tenían hambre por no haber comido durante la noche y otras bien alimentadas y las colocaron en cuartos separados de la rata cuya generosidad querían probar.
Por lo que, extrajeron aire de los cuartos de las ratas bien alimentadas y de las hambrientas. Después, lo liberaron al cuarto donde estaban las ratas a prueba y encontraron que éstas daban ayuda mucho más rápido -al colocar un pocillo de comida más cerca de otra rata- cuando el aire venía del cuarto con ratas hambrientas.
Según el estudio, 16 ratas a prueba tardaron en promedio 29 segundos en dar ayuda a ratas hambrientas y 85 segundos a las bien alimentadas.
Luego estudiaron el aire y encontraron siete componentes orgánicos diferentes cuya abundancia difería significativamente entre los cuartos con las que estaban hambrientas o saciadas.
Esto podría ser resultado de comida recientemente ingerida, procesos metabólicos relacionados con la digestión o incluso posiblemente una feromona que indica hambre. Juntas, forman un «olor a hambre» que funciona como una señal confiable de la necesidad de la rata, dijo Schneeberger.
Aparte de identificar a los aprovechadores, las ratas podrían actuar para reducir el sufrimiento de otras, añadió. O podrían incluso estar invirtiendo en una mejor sociedad de roedores que sirva a sus propios intereses, como hacen los humanos, explicó.
NO TE PIERDAS: Un patada le salva la vida a una rata canguro del ataque de una serpiente
Un roedor reaparece 10 años después en Machu Picchu
80 roedores evitan el veneno y se convierten en 100 mil