Te contamos cómo saben los científicos que una especie se ha extinguido, y cuáles son algunas variables a considerar en el tema.
Así como el planeta experimenta cambios, sus poblaciones también lo hacen. De modo que varios de los organismos que alguna vez vivieron han desaparecido ya. Distintas motivos están detrás de esas pérdidas. Hablamos de cambios climáticos, inundaciones, sequías, vulcanismo o, más recientemente, la actividad humana. En este sentido, cuando indagamos en la situación actual de nuestro mundo, irremediablemente el tema de la extinción sale a la superficie. Hay buenas razones para ello, pues, cada año, se pierden de 15 mil a 60 mil especies. Incluso, se menciona que a la fecha estamos atravesando por una extinción masiva más. Sin desviarnos por ese lado, hoy queremos atender una pregunta que parece sencilla, pero no lo es: ¿Cómo saben los científicos que una especie se ha extinguido? Vayamos por partes.
¿Qué son las especies?
Digamos, a manera de introducción, que definir qué es una especie ha sido todo un dilema histórico en la biología. Desde los tiempos del naturalista inglés, Charles Darwin, el debate en torno a la cuestión enardecía los ánimos de los especialistas, que no llegaban a un común acuerdo.
En la actualidad hay una base en la genética que permite esclarecer muchos más el tema, en comparación con los tiempos en que el criterio se fundaba casi solo en lo que los ojos mostraban a simple vista.
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Dicho lo último, de acuerdo con la revista especializada, Nature, las especies biológicas son definidas como organismos que pueden reproducirse entre sí en la naturaleza y producir descendencia fértil. Visto de otra manera, una especie se caracteriza por estar reproductivamente aislada de otra.
¿Cómo saben los científicos que una especie se ha extinguido?
La respuesta sencilla, y también válida, es que una especie está extintita cuando el último miembro conocido de ella muere sin dejar heredero genético. No obstante, llegar a esa conclusión no es tan fácil como parece.
Para empezar, como se señala en un artículo de The Conversation, hay que decir que existen tipos de extinción. Como se ejemplifica en el medio, el lobo estaba extinguido en una amplia zona de Europa occidental. Sin embargo, en otras partes hay bastantes ejemplares. El punto es que ahí tenemos un ejemplo de extinción “local”, mas no de “total”.
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Igualmente, a veces se dan casos en los que una especie está clasificad como “extinta”, aun cuando sigue habiendo miembros de ella vivos. ¿Cómo es posible? Resulta que si esos escasos representantes están enfermos o sometidos a una depresión endogámica que hace inviable su capacidad de adaptación, entonces podemos decir que la especie está funcionalmente extinta.
Por último, llegar a decir que una especie se ha extinguido no es algo que no permita errores. Tenemos casos en que un organismo ya se daba por perdido y, años después, vuelve a ser visto en estado salvaje. Esa posibilidad está latente. Así que, como podrás ver, el tema es un tanto más complejo de lo que se piensa.
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