Las “botas” que los especialistas del San Diego Zoo diseñaron especialmente para Lucas le ayudarán a caminar y no pasar dolor de ahora en adelante.
Lucas es un pingüino africano de 4 años. Hace tiempo, los cuidadores y especialistas del San Diego Zoo —que ha sido su hogar desde sus primeros momentos de vida— le diagnosticaron «bumblefoot», una enfermedad degenerativa en las patas. Lamentablemente, según el diagnóstico de los médicos que supervisaron su caso, el padecimiento es incurable.
De haber pasado desapercibido, o sin atención rigurosa, el pingüino africano estaría destinado a no poder caminar bien. Para evitar que el ave perdiera su independencia, los especialistas del zoológico «crearon y equiparon a Lucas con zapatos ortopédicos personalizados hechos de neopreno y goma«, según explican en un comunicado.
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Un nuevo par de zapatos
Los investigadores del San Diego Zoo colaboraron con Thera-Paw, una organización dedicada a diseñar y fabricar productos de rehabilitación y asistencia para animales con necesidades especiales. Para resolver las necesidades de Lucas, crearon un par de ‘botitas’ que evitan que el pingüino desarrolle úlceras, por la presión que ejerce sobre sus pies y tobillos al ponerse de pie.
Según los describe la plataforma Naturalista, los pingüinos africanos poseen «un tamaño mediano y una apariencia robusta». Llegan a medir hasta 70 centímetros de alto, y pesar hasta 5 kilos. Así como Lucas, su plumaje es negro en tanto en las alas como en las patas y el dorso. Habitan en las cercanías del Polo Sur. Principalmente, se les ve en Sudáfrica y la Patagonia.
Con la intención de garantizar una buena calidad de vida para Lucas, los equipos de ambas instituciones unieron esfuerzos. Afortunadamente, Lucas ha respondido muy bien a su nuevo par de zapatos:
“Nos sorprendió gratamente el cambio inmediato en Lucas después de que le pusiéramos sus botas nuevas”, compartió Debbie Denton, especialista principal en el cuidado de la vida silvestre en el San Diego Zoo. “Verlo moverse ahora nos da la esperanza de que puede estar bien en el futuro y que pueda vivir una vida plena”.
La mejoría ha sido drástica, dicen los especialistas. Más que nada, por que sus ‘botitas’ están acolchadas. Esto le permitirá integrarse nuevamente a la comunidad sin molestias. Incluso, según la Dra. Beth Bicknese, veterinaria principal del San Diego Zoo, eventualmente podrá «mostrar comportamientos que son más típicos de un pingüino, como escalar rocas, nadar, anidar y encontrar una pareja adecuada«.
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