Fotografía de San Diego Zoo
En 1995, la cotorra serrana occidental fue catalogada como una especie en peligro de extinción. Esto es, así quedó registrada en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. Ahora, la especie cuenta con 2,500 ejemplares, y se espera que siga aumentando.
En esta misión ha habido más de un involucrado; desde la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), pasando por la Organización Vida Silvestre (OVIS), hasta las comunidades locales… Sin lugar a duda, la preservación de esta especie ha sido el trabajo de un ejército.
A menudo se dice que esta colorida ave, oriunda de la Sierra Madre Occidental, es un reflejo de la salud de sus ecosistemas.
De cola larga, plumaje verde brillante y pico negro, las poblaciones de cotorra serrana han sido vitales para controlar el cambio climático. Esto se debe a que sus ecosistemas son «fábricas de agua», al recargar acuíferos y abastecer presas.
Y no solo tiene un rol y un efecto en la infiltración del agua…
La cotorra serrana también realiza reforestación natural, ya que al alimentarse de piñas y semillas, las dispersa por distintas zonas del bosque, volviéndolo poblar, ¡ella lo hace todo!
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Claro está que no las podían dejar morir. Por lo tanto, desde el aviso de su inminente extinción, se comenzaron a tomar medidas para cuidar de estas aves… que además son de gran tamaño y pueden llegar a pesar hasta 3 kg.
Las instituciones gubernamentales iniciaron un trabajo junto con las comunidades locales, y las especies se comenzaron a monitorear a través de transmisiones satelitales.
Este trabajo de monitoreo se realizó en conjunto con el Zoológico de San Diego. Así, se llevó un registro de su movimiento a lo largo de las temporadas del año, de sus zonas de alimentación, anidamiento y reproducción.
«La conservación requiere de cooperación, persistencia y planeación de largo plazo para dar resultados»
– Sergio Jiménez
Por mientras, el director ejecutivo de la OVIS hizo hincapié en que el trabajo que se ha realizado por evitar la extinción de esta especie es esperanzador, y es el resultado de un esfuerzo «multiinstitucional».
Lo que hoy sabemos, y podemos sostener, es que ni siquiera una especie en peligro de extinción está condenada a desaparecer.
Este texto fue escrito por Aura Moreno Rosales, periodista de profesión y lectora suspirante. Le gusta trotar por el mundo, sobre todo si es a través de las palabras. Colabora como redactora en National Geographic en Español.
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