Tras la llegada de los españoles a América, los significados del coyote cambiaron, relacionando al mamífero con la oscuridad y lo demoniaco.
El coyote es un animal de amplia distribución en el continente americano. Su nombre proviene del náhuatl, coyotl. Desde antes de la llegada de los españoles, este mamífero ya figuraba como un ser de relevancia para los pueblos nativos. Huehuecóyotl (coyote viejo), por ejemplo, era una de las deidades de la mitología mexica y se asociaba con la lujuria, la danza, el placer y la música. Consecuentemente, todos estos atributos se vinculaban a este carnívoro americano.
La forma de ver al coyote cambió drásticamente debido a la concepción que llevaron los europeos a América. Para ellos, el encuentro con este animal recordó a otros depredadores de características similares, como el zorro y el lobo. Dada la semejanza, los conquistadores adaptaron las interpretaciones, de estos organismos, al coyote. Así, éste pasó a ser percibido dentro del marco de lo demoniaco.
La conquista del coyote
De nombre científico Canis latrans, el coyote es un miembro de la familia Canidae, misma que engloba a los lobos, perros domésticos y zorros. A comparación de otras especies del grupo, el coyote es de una constitución más ligera. Sobre ello, Britannica apunta que este depredador mide 60 centímetros de altura y entre 1 y 1.3 metros de largo. El peso puede ir de 9 a 23 kilogramos.
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La misma enciclopedia agrega que los ejemplares más grandes de la especie viven en el noreste de Estados Unidos y el este de Canadá. Por otra parte, el pelaje es largo y áspero, usualmente grisáceo por encima y blanquecino por debajo. No obstante, llegan a darse algunas variaciones.
Antiguamente, antes de la llegada de los europeos, el coyote habitaba las regiones áridas de México, Estados Unidos y Canadá. Para el siglo XIX, su distribución había alcanzado distintos bosques. Con los años, esta expansión territorial siguió acrecentándose. Hoy, según Canid Specialist Group, estos mamíferos habitan toda Norteamérica, con excepción de las zonas polares, además de la frontera entre Centroamérica y Sudamérica.
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En consecuencia, el coyote ha demostrado ser un animal altamente adaptable a una vasta diversidad de ecosistemas. Ejemplo de lo anterior es su presencia en desiertos y bosques tropicales. Sin embargo, en las zonas más áridas, la distribución puede verse afectada en ausencia de cuerpos de agua.
Aullador nocturno y depredador implacable
El coyote es un cazador determinado por la agudeza de sus sentidos. Es reconocido por los aullidos nocturnos. Destina la noche, principalmente, a la caza. La dieta de este depredador se compone de peces, roedores, reptiles, insectos, frutas, carroña y, dependiendo de si va en manada, animales más grandes. Independientemente de su formidable visión y olfato, este mamífero es rápido, pues logra alcanzar los 64 kilómetros por hora.
Sobre la reproducción, el apareamiento del coyote ocurre entre enero y marzo. Britannica documenta que, luego de una gestación de 58 a 65 días, las hembras suelen tener de 4 a 7 cachorros. Estas crías nacen ciegas, pero a las dos o tres semanas comienzan a salir de la madriguera. Hacia los seis y nueve meses los coyotes alcanzan la madurez, sin embargo, pueden permanecer en familia, ya que con ella forman sus manadas, comúnmente.
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