Mucho antes de la aparición de los dinosaurios, una extraña criatura prehistórica desarrolló colmillos por primera vez.
Un equipo de paleontólogos de la Universidad de Harvard, el Field Museum, la Universidad de Washington y la Universidad Estatal de Idaho rastreó la historia evolutiva de los primeros colmillos y para su sorpresa, descubrió que estos dientes especiales que jamás dejan de crecer fueron desarrollados incluso antes de la aparición de los dinosaurios:
Para delimitar el tema de estudio, el equipo primero redefinió qué es un colmillo, un término que calificaron de «increíblemente ambiguo» debido a su amplio uso. Desde su perspectiva, un colmillo debe cumplir con tres requisitos: debe seguir creciendo durante toda la vida, tiene que sobresalir del resto de la dentición y hacerlo más allá de la boca y sobre todo, el material de la superficie debe estar compuesto de dentina.
De ahí que los colmillos sean un rasgo único de los mamíferos, nunca reportado en reptiles, aves, peces o alguna otra especie.
Rastreando el origen de los colmillos
Decenas de millones de años antes de los elefantes, las morsas o los jabalíes, un ancestro de los mamíferos llamado dicinodonte desarrolló los colmillos más antiguos jamás conocidos.
Con un cuerpo similar al de un cerdo con patas y pico propias de un reptil, estos animales habitaron la tierra entre 270 a 201 millones de años previo a los dinosaurios y durante un tiempo fueron los herbívoros más comunes en el planeta.
La principal característica de los dicinodontes es el par de colmillos que asoman sobre su mandíbula superior. Con un pico similar al de las tortugas y un tamaño que varía desde una rata hasta un elefante, fueron descubiertos hace 176 años; sin embargo, un nuevo estudio encontró que además de tratarse de los primeros colmillos, esta característica apareció a partir de una evolución convergente, es decir, distintas especies desarrollaron colmillos con estructuras similares de forma independiente, un rasgo que se repite al analizar la historia evolutiva de los dicinodontes.
El hecho de que los colmillos hayan evolucionado en distintas ocasiones abre un sinfín de nuevas interrogantes para los científicos sobre las condiciones anatómicas necesarias para su aparición.
En el caso de los dicinodontes, una adaptación que dio origen a un ligamento flexible y una baja variación en el reemplazo de piezas dentales pudo haber propiciado el surgimiento de los primeros colmillos:
“Los colmillos de los dicinodontes pueden decirnos mucho sobre la evolución de los colmillos de los mamíferos en general. Este estudio muestra que se necesitan tasas reducidas de sustitución de dientes y un ligamento flexible que fije el diente a la mandíbula para que los verdaderos colmillos evolucionen. Esto nos permite comprender mejor los colmillos que encontramos hoy en los mamíferos”, explica Kenneth Angielczyk, coautor del estudio.
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