Los patos australianos se unen a la lista de aves en cautiverio que pueden imitar palabras con precisión. En este caso, groserías aprendidas de sus cuidadores anteriores.
El comportamiento se había observado en cacatúas, loros e incluso en algunos tipos de urracas. Sin embargo, nunca antes se había documentado a los patos australianos imitar el habla humana. Un equipo de investigadores de Universidad de Leiden no sólo registró a la especie in fraganti repitiendo groserías, sino que tienen una explicación a su ‘lenguaje florido’. La clave está en sus vocalizaciones reproductivas.
‘Pobre tonto’
El pato australiano ‘Ripper’ captado diciendo «You bloody fool!», ten Cate Carel and Fullagar Peter J. 2021, Vocal imitations and production learning by Australian musk ducks(Biziura lobata).
El ejemplar en el que se basaron las pruebas fue Ripper, un pato australiano que no sólo dice groserías, sino que imita sonidos de puertas, aviones y otras palabras que dicen sus cuidadores en el laboratorio. Así como se muestra en el audio oficial de la investigación, él es capaz de vocalizar ‘pobre tonto’ y otros insultos segundos después de que los investigadores lo dicen.
Según el estudio realizado en los Países Bajos, el aprendizaje de Ripper es evidencia suficiente para demostrar que existe un registro vocal que los patos australianos almacenan en su cerebro. Específicamente en la especie, Biziura lobata, el comportamiento está asociado a sus vocalizaciones reproductivas.
«La adquisición de vocalizaciones aprendiéndolas de otros individuos solo se conoce de un número limitado de grupos de animales«, explican los etólogos Carel ten Cate y Peter Fullagar en un artículo para Proceedings of the Royal Society B. En el tiempo que Ripper fue criado en una reserva natural al suroeste de Australia, logró imitar claramente varios sonidos. Entre ellos, figuran insultos.
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Un caso de desarrollo independiente
Los investigadores aseguran que Ripper aprendió a decir ‘pobre tonto’ porque es una interjección común en Australia. Seguramente la escuchó muchas veces por parte de sus cuidadores. Así como sucede con los niños pequeños, el pato australiano aprendió a decir groserías con base en la repetición constante.
El caso de Ripper no es el único. Según los registros de la reserva natural, otros ejemplares ya habían presentado ese comportamiento. Lamentablemente, a fuerza de incendios forestales voraces, los detalles de investigaciones previas se perdieron en dos ocasiones diferentes. Lo que ha quedado claro con este ejemplar es que los patos australianos desarrollan estas habilidades sólo cuando están en cautiverio.
Esto se debe a que dependen de los seres humanos para sobrevivir. Al tener contacto constante con las personas, aprenden ciertas palabras. No existe evidencia todavía de que entiendan su significado, pero sí de que pueden imitarlas con exactitud. Los investigadores concluyeron esto ya que responden igual al sonido de puertas que al de la voz humana.
Además, según los etólogos, este comportamiento «representaría un caso de desarrollo independiente» entre los patos australianos salvajes y los criados en cautiverio. Esto querría decir que el segundo grupo desarrolló mecanismos neuronales y conductuales que se adaptaron a sus condiciones de vida. De ahí que algunos patos australianos sean capaces de repetir groserías.
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