Por primera vez en 130 años, los cóndores californianos han regresado a una porción del hábitat del norte de California después de casi desaparecer.
El mítico cóndor californiano alcanzó mínimos históricos en la década los 80. A pesar de ser un ave icónica en la región occidental de Estados Unidos, la pérdida indiscriminada de su hábitat natural y la caza furtiva mermaron las poblaciones hasta desaparecer casi por completo. En marzo de 2021, el panorama cambió.
Durante 40 años, biólogos en Estados Unidos intentaron reintroducir a la especie al sur y centro de California. Y lo que es más, para evitar que se perdieran para siempre, se tomó la decisión de integrarlos a Utah, Arizona e incluso Baja California, en México. En total, hace un año se tenía registro de 300 nuevos ejemplares en libertad.
Hoy, la esperanza no flaquea para la especie. Todo lo contrario.
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Un logro de las comunidades originarias de Yurok
Tras un siglo de lucha contra la extinción, la cifra es esperanzadora para el cóndor californiano. En gran medida, los esfuerzos de reproducción y reinserción están siendo dirigidos por los pobladores originarios Yurok, cuya tierra ancestral abarca grandes franjas de bosque y costa en el norte del estado, así como algunos parques nacionales.
Tan sólo el martes 2 de mayo, reporta The LA Times, «cuatro de los grandes pájaros volaron del gallinero después de nacer en un programa de cría en cautiverio«. En gran medida, el éxito se debe a las comunidades originarias, ya que conocen el entorno natural de la especie en Redwood National and State Parks.
“Estoy muy feliz”, se enorgulleció Tiana Williams-Claussen, directora del Departamento de Vida Silvestre de Yurok y portavoz de su comunidad. “Eso fue tan emocionante como pensé que sería”.
El proceso de adaptación a la libertad, sin embargo, no fue sencillo para los ejemplares cóndor californiano. Por el contrario, después de toda una vida en cautiverio, tuvieron que aprender a valerse por su cuenta. Más aún, porque esta especie aprende de los ejemplares más viejos, quienes adoptan el papel de ‘mentores’.
En este caso, los cóndores más añosos no tenían estas habilidades naturales, por lo que se les tuvo que introducir poco a poco en el bosque. Después de décadas de trabajo, las aves finalmente pueden extender sus alas entre las secoya de California.
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Emprender el vuelo después del encierro
A pesar del éxito que ha demostrado la misión de reintroducción, los biólogos en Estados Unidos no han dejado de trabajar con la especie. Por el contrario, las labores de monitoreo deben de continuar para conocer cómo se están adaptando los ejemplares liberados a la naturaleza, explican medios locales.
Aunque el cóndor californiano se cazó por deporte desde el siglo XIX, en la actualidad, este tipo de actividades son ilícitas. El problema no termina ahí. Por el avance indiscriminado de la urbanización en su hábitat, los cascarones de los huevos ahora son más frágiles y quebradizos. Esto condujo a que, en 1980, sólo hubiera 22 aves en todo Estados Unidos.
Esa misma década, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre nacional orquestó los primeros programas de cría controlada en cautiverio. Los zoológicos de Los Ángeles y San Diego encabezaron la encomienda, en colaboración con las comunidades originarias de la región. Después de 4 décadas de esfuerzos, hoy se tiene registro de 300 aves volando en libertad, entre los árboles más altos del planeta.
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