A pesar de la fragmentación de su ecosistema, ‘El Jefe’ batió récords en supervivencia entre los jaguares de la frontera entre México y EEUU. Ésta es su historia.
El muro fronterizo que divide a México con Estados Unidos mide, al menos, 3 mil 142 kilómetros. Especialmente después de la administración trumpista, que usó esta división física como uno de los ejes principales de acción para salvaguardar la seguridad de los ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, hay espacios en los que no hay intervención humana aún: «la naturaleza forma su propia barrera«, según documentó la BBC en 2020.
Desiertos, zonas montañosas, humedales y el Río Bravo conectan la vida silvestre entre México y los Estados Unidos. Así ha dictado el camino la historia natural de la Tierra, desde hace millones de años. Antes de la intervención humana, la actual frontera formaba parte de un extenso corredor de migración de especies. Recientemente, el muro y la explotación minera en el norte de México ha limitado actualmente el paso de grandes felinos y otros animales, habituados evocativamente para cruzar sin intervenciones políticas.
‘El Jefe’, un jaguar macho en plena edad adulta visto por primera vez en Arizona en 2011, es uno de los escasos ejemplos documentados actualmente de cruces exitosos entre ambos territorios, de acuerdo a lo observado por la Dra. Carmina Gutiérrez, de la organización Northern Jaguar Project (NJP) participante del programa Borderlands Linkages Initiative (BLI) liderado por Wildands Network. En 2021 el equipo de Protección a la Fauna Méxicana (PROFAUNA), también participante de BLI, consiguió registrar nuevamente a este jaguar macho del lado de Sonora.
Siguiendo los pasos del jaguar
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Los esfuerzos de conservación del jaguar y otros felinos silvestres en el norte mexicano no son nuevos. Por el contrario, según explica Carmina Gutiérrez en una entrevista exclusiva con National Geographic en Español, Northern Jaguar Project se fundó en 2003 con esa intención. Durante casi dos décadas, ellos han dedicado sus esfuerzos para la conservación de los jaguares de esta región. «Las primeras investigaciones iban dirigidas a ver si todavía había jaguares en Arizona y Sonora», explica Gutiérrez. Para ello, continúa la especialista, se colocaron cámaras en rancherías para empezar a rastrear a las especies que posiblemente todavía hubiera en la región. El equipo de investigación apostó por instalar cámaras trampa, ya que no son invasivas con el ecosistema.
A partir de estos registros preliminares, «se determinó que todavía había una población reproductiva en la zona«, apunta la especialista.
Los avistamientos de jaguares que ha habido dieron pie a que se orquestara un proyecto para proteger y salvaguardar la población de jaguares, así como su hábitat en Sonora, de manera que nuevamente hubiera jaguares del otro lado de la frontera. Junto con ella, el biólogo Miguel Gómez, gerente de la Reserva Jaguar del Norte®, se encargan también de identificar aquellos jaguares que pueden estar cruzando el límite fronterizo entre México y Estados Unidos.
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‘El Jefe’: una sorpresa para la conservación del jaguar fronterizo
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Los especialistas reconocen que los avistamientos recientes en Estados Unidos han sido «muy pocos, y todos han sido machos«, detalla Gutiérrez. «Como por ejemplo, ‘El Jefe'». Se avistó por primera vez en 2011, y a lo largo de casi una década, se le perdió la pista. Sin embargo, con el apoyo de otros investigadores que trabajan en la misma línea de estudio, Northern Jaguar Project recibió en junio de 2022 una serie de fotografías de jaguares avistados en Sonora.
Al recibirlas, Gutiérrez y su equipo las compararon con las que tenían en la base de datos, «para ver si teníamos alguna coincidencia». Sólo entonces se dieron cuenta de que, efectivamente, el jaguar en las imágenes era ‘El Jefe’:
«[Lo más probable] es que este individuo se movió desde Arizona a México en algún momento de los últimos 7 años», detalla la doctora en ciencias. «Esto resalta la necesidad de tener permeabilidad en el muro fronterizo, para que los animales estén moviéndose de un lado a otro.»
Antes del avistamiento de ‘El Jefe’, los investigadores pensaban que los jaguares en el norte no vivían más de 12 años. Por la caza y la fragmentación cada vez más extensa de su ecosistema, tienen pocas probabilidades de sobrevivir por más tiempo. Al respecto, el director ejecutivo de NJP Roberto Wolf, aclara que el encuentro con este ejemplar fue ‘circunstancial’: «no lo estábamos buscando», explica en entrevista.
Durante años, los científicos le perdieron la pista por completo. «Incluso, la hipótesis era que ya no vivía,» dice Wolf. Por ello, la sorpresa fue todavía más grande para los investigadores.
Para que la población de jaguares en el norte de México pueda sostenerse, explica Gutiérrez, es fundamental que exista un hábitat en el que los ejemplares puedan transitar. Aún a pesar de las hostilidades en su entorno, ‘El Jefe’ marca un precedente: todavía hay esperanza para la especie.
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