Con 42 millones de años de antigüedad, los restos del primer tigre dientes de sable revelan la evolución temprana de los carnívoros en la Tierra.
En el inicio de los tiempos, parece que los felinos también tenían mordidas poderosas y letales. Así lo demuestran los restos del primer ejemplar de tigre dientes de sable del que se tiene registro. Recientemente encontrado en la costa oeste de América del Norte, sus colmillos podrían arrojar luz no sólo sobre su propia especie, sino de la historia natural de los carnívoros en la Tierra.
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El primer carnívoro del mundo no sólo comía carne
De acuerdo con el paleontólogo Ashley Poust, del Museo de Historia Natural de San Diego, hace 42 millones de años los animales apenas estaban adaptándose a las condiciones climáticas del planeta. Los accidentes meteorológicos y la hostilidad general del entorno imponían obstáculos considerables para que la vida se desarrollara.
A los animales que sólo comen carne se les conoce como ‘híper-carnívoros‘. A diferencia de lo que sucede en la actualidad, en aquel pasado remoto era difícil encontrar organismos cuya dieta se sostuviera únicamente en otros animales:
«Si tienes un gato doméstico, es posible que incluso tengas un hipercarnívoro en casa», explica el especialista en un comunicado. «Pero hace 42 millones de años, los mamíferos apenas estaban averiguando cómo sobrevivir solo con carne».
Por ello, los restos del tigre de sabe encontrados recientemente podrían pertenecer al primer carnívoro de la historia. Dadas las condiciones ambientales precarias, lo más probable es que éstas y otras especies con dietas similares se tuvieran que alimentar también de plantas.
Dientes en forma de daga
A partir de la evidencia en la mandíbula del tigre, el equipo de científicos del Museo de Historia Natural de San Diego determinaron que su camino evolutivo estaba dirigido a rasgar tejidos jugosos. Todo está en la estructura: según los describe Poust, los colmillos del primer tigre dientes de sable tienen ‘forma de daga’, una formación muy rara en los mamíferos de esa época.
Con base en esto, Poust piensa que seguramente otros mamíferos carnívoros de la época también se estaban preparando para que, en un futuro lejano, su descendencia pudiera sólo comer carne. Esto, según escriben los autores del estudio, le podría permitir «vivir la vida de un cazador especializado antes que la mayoría de los otros mamíferos».
Eventualmente, la forma de los colmillos de estos tigres llevó a que los gatos domésticos contemporáneos conserven su ‘instinto de agresión‘, incluso milenios después de convivir con los seres humanos. Sin embargo, mientras no se encuentren ejemplares similares, esta especie podría tomar el lugar como los primeros carnívoros en la historia de la Tierra.
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