La especie a la que pertenece la almeja fósil viva desapareció hace 400 millones de años de la Tierra. Hoy, subsisten ejemplares en EEUU.
Sucedió en el mar de Santa Bárbara, al sur de California. Entre las aguas saladas, un equipo de científicos identificó un pequeño molusco blanco. Al acercarse a verlo, se dieron cuenta de que el animal compartía características con una especie antiquísima, que habitó la Tierra hace al menos 400 millones de años. Ante sus ojos, tenían un ejemplar de almeja fósil viva.
«Descubrir una nueva especie siempre es emocionante», escriben los investigadores de UC Santa Barbara en un comunicado, «pero también lo es encontrar una viva que todos asumieron que se había perdido con el paso del tiempo«. La encontraron justo en la costa de Naples Point, lo cual, sorprendió todavía más a los científicos: esta región había sido ampliamente estudiada, y nunca antes habían encontrado indicios de vida prehistórica.
Hasta ahora.
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Un micromolusco prehistórico
De acuerdo con los registros de UC Santa Barbara, el ejemplar de almeja fósil viva pertenece a una especie de molusco que abundó en el Pleistoceno. Este periodo se caracterizó, documenta el Museo Geominero de España, «por una fauna de moluscos marinos con una mayoría de especies idénticas a las actuales«. Parece ser que estos animales siguen rondando la Tierra.
La investigación comenzó en 2018, cuando Jeff Goddard —autor principal del estudio— buscaba babosas marinas en la costa de Santa Bárbara. Mientras volteaba rocas, se encontró sin querer a una pareja de bivalvos translúcidos. Los moluscos llamaron inmediatamente su atención, aunque medían menos de 10 milímetros:
“Pero cuando se extendieron y comenzaron a agitar un pie con rayas blancas brillantes más largo que su caparazón, me di cuenta de que nunca antes había visto esta especie”, recuerda el autor sobre su experiencia.
Después de registrar su hallazgo con fotografías, Goddard llevó los especímenes a estudiar en laboratorio. Comparándolo con especies prehistóricas conocidas, junto con su equipo de investigación concluyó que se trataban de Cymatioa cooki, según explican para la revista Zookeys. A los científicos les asombra que «la almeja eludió la detección durante tanto tiempo», según escriben en un comunicado, ya que el sur de California hay una larga tradición de recolección de conchas con fines científicos.
¿Qué hace una almeja tan antigua en las aguas de Santa Bárbara?
Goddard sospecha que el ejemplar de almeja fósil viva, así como otros micromoluscos, llegó al sur de California a raíz de las olas de calor marinas. Especialmente entre 2014 y 2016, este fenómeno «permitió que muchas especies marinas extendieran su distribución hacia el norte, incluidas varias documentadas específicamente en Naples Point«, explica el especialista.
Esto podría explicar por qué nadie la había registrado antes, a pesar de que la zona ha sido ampliamente estudiada durante décadas. Todavía no está claro cuál es la tasa de crecimiento y la longevidad de estos animales, explican los investigadores. Sin embargo, el hecho de que la especie haya persistido durante más de 400 millones de años es en sí mismo notable.
Aún así, Goddard piensa que estos moluscos prehistóricos habiten en los amplios campos de rocas intermareales del Pacífico californiano: “sospecho que allí abajo Cymatioa cooki probablemente vive en estrecha asociación con animales que excavan debajo de esas rocas”, concluye el especialista.
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