Entre Jalisco y Nayarit hay una parte del Pacífico que rebosa en tortugas marinas. Tamara Blazquez Haik nos cuenta la historia.
Localizada en el Pacífico mexicano entre los estados de Jalisco y Nayarit, Bahía de Banderas es sede de la llegada de cientos de tortugas marinas. Año tras año, visitan estas playas que las vieron nacer a pesar del creciente desarrollo urbano y turístico.
Especies como la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea), la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) y la tortuga negra (Chelonia mydas) son algunas de las tortugas que visitan la bahía donde desde hace 36 años la Red Tortuguera A.C. trabaja para protegerlas de la extinción.
Protegiendo a las tortugas del Pacífico en comunidad
“La Red Tortuguera inició casualmente en septiembre de 1986”, comenta en entrevista Vicente Peña, quien encabeza la Red. “Cuando varios amigos fuimos introducidos en el ciclo de la tortuga marina accidentalmente en la playa El Naranjo en Compostela, Nayarit.” Desde ese día, la Red ha llevado a cabo distintos esfuerzos en pro de las tortugas marinas en distintas zonas de Bahía de Banderas.
Algunas de las labores y esfuerzos de la Red Tortuguera son:
- el monitoreo y resguardo de nidos
- monitoreo de playas
- liberación de crías
- rastreo satelital de la tortuga carey, especie en peligro crítico de extinción,
- atención a tortugas lastimadas y enfermas
- entregas de reportes a las autoridades para implementación de iniciativas similares en otras zonas
- capacitación en las distintas comunidades de la bahía para que en el mediano plazo establezcan campamentos de protección propios
De acuerdo con Vicente, “el objetivo es que las comunidades sientan suyo el programa».
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Tejiendo redes y alianzas
El desarrollo urbano y turístico continúa impactando las zonas de anidación de las tortugas, por esa razón la Red no solo colabora con las comunidades, sino también con los hoteles monitoreando los nidos y liberando tortugas. Con esta estrategia se han implementado mejores prácticas que apoyan a la conservación de estos animales.
Juan Marín, biólogo experto en restauración ecosistémica, quien ha trabajado más de 15 años en El Banco, playa de la bahía perteneciente al hotel Susurros del Corazón el cual colabora con la Red, comenta sobre la importancia de la colaboración entre el hotel y la Red: “la Red Tortuguera cuenta con miembros experimentados en la identificación de nidos, además de apoyar en la capacitación del personal operativo y considerar a los nidos del Banco dentro de su base de datos y zona de influencia”.
Las liberaciones en playas de hoteles representan solo el 20 por ciento de los nacimientos totales, el otro 20 por ciento de tortugas se liberan en conjunto con las comunidades, y el resto en campamentos tortugueros en la bahía. La Red Tortuguera opera en su mayoría gracias a la dedicación de voluntarios cada temporada.
Los retos actuales y a futuro
La temporada de anidación y liberación de las tortugas marinas en México ocurre de mayo a noviembre según datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), y durante cada temporada, las amenazas para las tortugas son latentes.
De acuerdo con Vicente, “El mar es una zona donde la ley difícilmente se aplica. Las tortugas caen en redes o son golpeadas por embarcaciones. Muchas logran regresar a sus playas de nacimiento solo para encontrarlas impactadas por el desarrollo que invade sus zonas de anidación.”
La contaminación del mar también las afecta negativamente así como el aumento de la temperatura en las playas que ocasiona que sean más hembras que machos las que eclosionan de los huevos, poniendo en riesgo la supervivencia de las tortugas.
Como organización, el reto anual de la Red Tortuguera es generar los recursos para poder operar, y luego de 36 años el principal proyecto es encontrar más personas dispuestas a seguir este trabajo. A pesar de los desafíos, el año pasado la Red liberó alrededor de 96 mil crías. Se recorrieron 75 km de playa todas las noches durante 8 meses en labores de monitoreo y se recolectaron 1,300 nidos de tortugas golfina, carey y negra. Aún con tanto en contra, las ganas de la Red Tortuguera de ayudar a la naturaleza y el trabajo en comunidad han generado resultados positivos en beneficio de las tortugas marinas del Pacífico mexicano.
Este texto fue escrito por Tamara Blazquez Haik, fotógrafa conservacionista, educadora ambiental y activista. Puedes conocer más de su trabajo en https://www.tamarablazquez.
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