Una especie de pingüino puede tomar más de 10 mil siestas a lo largo de todo un día. En total, su descanso interrumpido junta 11 horas.
La destreza para los descansos breves tiene un claro rey; el pingüino barbijo (Pygoscelis antarcticus) es capaz de tomar más de 10 mil siestas, de aproximadamente cuatro segundos, al día. Eso fue lo que descubrió un grupo de científicos, entre los que se halla Paul-Antoine Libourel, ecofisiólogo del sueño del Centro de Investigación en Neurociencia de Lyon (Francia).
Sueño corto, sueño reparador
Los científicos, y autores del estudio, que se publica ahora en la revista Science, estudiaron 14 pingüinos que anidaban en una colonia de la isla Rey Jorge, en la Antártida. Tras observar por 10 días a las curiosas aves, el equipo notó esta peculiar forma de dormir. Sumando esas efímeras cabeceadas, los pingüinos barbijo tienen un sueño de hasta 11 horas, pero bastante fragmentado.
«Esto es lo más llamativo e interesante: el hecho de que puedan afrontar el sueño de forma fragmentada continuamente, día y noche», afirma, para la revista Nature, Paul-Antoine Libourel.
Te puede interesar: Una ola de calor extremo provocó la muerte de cientos de pingüinos en Argentina
Con el apoyo de la implantación de electrodos en el cráneo de los pingüinos analizados, los investigadores vieron que estos animales tenían más de 600 episodios cortos de sueño de ondas lentas por hora.
Por si fuera poco, los breves episodios oníricos se volvían más cortos en aquellos ejemplares que cuidaban de huevos.
Es un misterio cómo es que este tipo de descanso puede resultar realmente efectivo en los animales mencionados. Esto es sencillamente asombroso y deja más preguntas que respuestas.
Te puede interesar: Scooby y el maltrato animal
De acuerdo a lo recuperado por los autores, las siestas de escasos segundos, si son realmente reparadoras, podrían tener reflejo en otras especies, sobre todo en aves.
Respecto a lo último, los científicos no pierden la esperanza de encontrar otros animales que compartan la extraña forma de descansar. De ser así, podría ser más fácil ampliar lo que se sabe sobre las siestas breves.
Sigue leyendo:
Un dinosaurio del tamaño de un gallo podría cambiar la historia de la evolución de las aves
SIN SALIDA: Así es la travesía por el legendario Paso del Noroeste en el Ártico canadiense
La Antártida, un destino infaltable para tu bucket list.
De Darwin, cruceros y tortugas