Existe un gusano nocturno con una vista excepcional. Los científicos aún no descifran el misterio que encierra esa capacidad.
El gusano de cerdas Vanadis es una especie extraña. Hasta el momento, sus ojos siguen asombrando a los científicos, pues, además de ser particularmente pesados (pesan unas veinte veces más que el resto de la cabeza del animal), se piensa que estos órganos le permite mantener un lenguaje secreto que se apoya en luz ultravioleta.
Hay algo que parece no tener sentido en esta criatura propia de la isla italiana de Ponza, al oeste de Nápoles. Resulta que, para ser un animal nocturno, sus ojos son demasiado grandes y avanzados.
Anders Garm, del Departamento de Biología de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), se decidió a conocer, con mayor detalle, la naturaleza de este organismo. Aparte, su interés se elevó exponencialmente luego de que Michael Bok, de la Universidad de Lund (Suecia), le enseñó una grabación del gusano.
Ojos de otro mundo
Los investigados confirmaron que la vista del animal es muy buena, para tratarse de una especie de la noche. Esta capacidad le permite ver objetos pequeños y seguir sus movimientos.
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«Es realmente interesante, porque una capacidad como esta suele estar reservada a nosotros, los vertebrados, junto con los artrópodos (insectos, arañas, etc.) y los cefalópodos (pulpos, calamares). Es la primera vez que se demuestra una visión tan avanzada y detallada más allá de estos grupos. De hecho, nuestras investigaciones han demostrado que el gusano tiene una visión extraordinaria. Su vista está a la altura de la de ratones o ratas, a pesar de ser un organismo relativamente simple con un cerebro minúsculo», apunta Garm en un comunicado.
No está claro el porqué de esta característica tan inusual. En el documentado citado se explica que una hipótesis podría ser la de que estos gusanos ven longitudes de onda de luz distintas a las de los humanos. En tal caso, la visión estaría orientada a la luz ultravioleta, la cual es invisible para nuestra especie. A propósito, Garm sostiene que la vista de este gusano está diseñada para ver señales bioluminiscentes en el mar nocturno.
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«Tenemos la teoría de que los propios gusanos son bioluminiscentes y se comunican entre sí a través de la luz”.
Los científicos todavía tienen mucho por investigar en este apspecto, pero ya se ven con entusiasmo los posibles resultados, dado que ayudarían a zanjar definitivamente un épico debate sobre la evolución de los ojos.
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