Estos adorables gorros para gatos fueron tejidos con fines científicos. Su objetivo es medir la actividad cerebral de estos animales.
Once adorables gatos usaron por varios días gorros de estambre diseñados
exclusivamente para ellos. Esto no se trató de una exhibición para elegir a los más adorables, fue la mejor solución que encontró un grupo de científicos para medir la actividad cerebral de estos animales de una forma no invasiva y evitar que fueran sedados en un laboratorio.
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Gorros para gatos en favor de la ciencia
Los gorros de estambre surgieron como una solución práctica para un dilema de laboratorio. Los investigadores buscaban realizar estudios de electroencefalograma (EEG) no invasivo en gatos despiertos, con el fin de identificar señales cerebrales en aquellos que viven con osteoartritis. Esta enfermedad crónica afecta a aproximadamente el 25.6% de los felinos en todo el mundo.
El objetivo específico era observar cómo responden los gatos con dolor crónico cuando están expuestos a estímulos agradables, como sonidos y olores. Sin embargo, los EEG tradicionales con cables y electrodos sólo se habían utilizado con éxito en gatos muy sedados. Al intentar hacerlo con animales despiertos, resultaba casi imposible, ya que jugaban con los cables, los golpeaban con sus patas y, finalmente, los retiraban.
«Se tejió un gorro de lana especialmente para el estudio y se permitió mantener los electrodos en su lugar incluso durante los movimientos del gato», escribió el equipo en Journal of Neuroscience Methods. «Todos los gatos toleraron bien el procedimiento y ninguno necesitó sedación para la colocación de los electrodos. La mayoría de los gatos permanecieron tranquilos con una mínima restricción».
Los investigadores necesitaban monitorearlos en su estado normal y conscientes. El desafío se resolvió utilizando pequeños gorros para gatos que vieron en YouTube, el cual sostuvo una red de diez electrodos para medir la actividad cerebral. Finalmente, este dispositivo permitió evaluar las respuestas de los gatos a nuevos tratamientos para el dolor.
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¿Qué sucedió con los 11 gatos?
El estudio examinó a 11 gatos con osteoartritis, cada uno de ellos en una habitación con iluminación y temperatura controlada, equipada con perchas, camas, postes para rascar y juguetes. Mientras la gran mayoría respondió con indiferencia a los gorros, uno de los gatos logró retilarlo al igual que el electroencefalograma completo.
Los sombreritos de estambre resultaron ser un gran éxito, ya que permitieron a los investigadores medir de forma no invasiva las ondas cerebrales. Durante el experimento, los gatos fueron expuestos a luces azules y verdes, así como al aroma de pomelo, marcando una «primera etapa de viabilidad» en el uso de EEG en felinos despiertos y alertas.
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