Serpientes, ranas y variedades de peces: un encuentro con alguno de los animales más venenosos del mundo podría ser letal para cualquier humano.
Generalmente, se asocia a un animal venenoso con alguno que tenga la capacidad de producir picaduras o de enterrar colmillos prominentes en la carne humana. Sin embargo, no siempre es el caso. Algunos de los animales más venenosos del mundo ni siquiera tienen dientes o aguijones.
Escamas, conchas impenetrables, e incluso gruesas capas de pelo esponjoso: no importa qué sea lo que recubra al animal, el hecho es que el veneno es una consecuencia evolutiva que utilizan como mecanismo de defensa. Algunos de ellos pueden ser letales en segundos. Otros, producir una muerte lenta y dolorosa. Aquí presentamos algunos de los animales más venenosos del mundo:
1. Mamba negra
Ésta es una especie de serpiente africana que se distingue de las demás por su rapidez de ataque. Cuando se siente en peligro, puede ser muy violenta y letalmente venenosa. Incluso, aparece varias veces en diversos mitos de las tribus subsaharianas, en los que se le atribuyen poderes mágicos de destrucción.
Se caracteriza por tener una piel color verde oliva, con casi 2.5 metros de longitud promedio. Generalmente, está en las colinas del sur y del este del continente africano, y es capaz de reptar a 20 kilómetros por hora. A diferencia de la creencia popular, esta serpiente adquiere su nombre de la coloración oscura de sus fauces.
2. Pez piedra
Con navajas bajo los ojos, los peces piedra están entre los animales más peligrosos del mar. Su distintivo «sable lagrimal» puede ser utilizado a gusto por el animal, ya que lo puede sacar y retraer desde sus mejillas cuando lo necesita. Además de esto, el animal cuenta con una aleta dorsal espinosa que lo protege de depredadores potenciales.
De acuerdo con W. Leo Smith, biólogo evolutivo de la Universidad de Kansas, estos peces sacan sus cuchillos los seres humanos se acercan con redes en el acuario-cautiverio de la institución. Tras años de observación, se ha concluido que los utilizan para defenderse.
A pesar de estar duramente equipado para protegerse, el pez piedra se caracteriza por ser tímido. Se camufla con la arena del Mar Caribe y del Indo-Pacífico —de ahí su nombre—, por lo que es aún más peligroso: la mayor parte de las personas que son víctimas de su picadura, ni siquiera se enteraron de que estaba ahí.
3. Rana punta de flecha
Fiel a su nombre, esta especie de rana ha sido utilizada en diversos países de América del Sur para recubrir armas (como dardos y flechas de caza) con su veneno poderoso. Se reconoce fácilmente por la brillantez de su piel amarilla en la espalda, y el azul profundo en las piernas. Sólo mide 5 centímetros de largo, pero esto no le impide posicionarse como uno de los anfibios más tóxicos del mundo.
Se dice que, en la época prehispánica, los pobladores originarios de las Guayanas y aquellos que poblaron la Amazonía frotaban las plumas en sus lanzas con el veneno de estas ranas, para hacerlas aún más letales. Sin embargo, esto ha permanecido como una leyenda colonial, pues no se tiene registro histórico de que sea cierto.
Generalmente, se les encuentra bajo las copas de árboles en selvas tropicales. Por su misma naturaleza, disfruta de ambientes húmedos, por lo que se les encuentra comúnmente en rocas musgosas o cerca de cuerpos de agua. Además, se caracterizan por ser ranas muy sociales, por lo que se les ha visto en parejas o en grupos pequeños.
4. Pulpo de anillos azules
El Hapalochlaena lunulata se distingue de todos los animales marinos por los luminosos anillos azules que revisten la totalidad de su cuerpo. En total, no mide más de 10 centímetros, pero es uno de los moluscos cefalópodos más letales del reino animal. Puede encontrarse en las aguas tropicales del Indo-Pacífico occidental, generalmente en Sri Lanka, Filipinas, Australia y al sur de Japón.
La coloración de estos animales marinos varía según el entorno en el que se desenvuelva. Sin embargo, generalmente oscilan entre el amarillo mostaza y tonalidades de ocre. El color de la piel resalta con el azul eléctrico de los anillos, que pueden medir hasta 8 milímetros de diámetro.
A diferencia de otros pulpos, éste no es comestible. Por el contrario, es altamente tóxico. Aunque tiene una apariencia apacible, la saliva de este animal puede causar náuseas fuertes, pérdida del habla, una coloración azul en las extremidades y hemorragias en el cuerpo humano.
5. Cono de oro
También conocido como Conus textile, su nombre científico, este es un caracol marino que se caracteriza por su agilidad depredadora. Típicamente se alimentan de gusanos, pero algunos han evolucionado a nutrirse de especies pequeñas de peces. Sin embargo, resaltan de entre otros moluscos por sus conchas de colores encendidos que, en algunos casos, alcanzan los tonos neón.
Para paralizar a su presa, los caracoles cónicos cuentan con un diente hipodérmico en forma de aguja, que sirve para inyectarles veneno. Esta sustancia tiene una cantidad notable de toxinas diferentes, que las petrifica por completo hasta inducirlas en un estado de shock hipoglucémico.
En algunos casos, el ataque de un solo caracol (a pesar de sus dimensiones reducidas), es suficiente para terminar con la vida de un ser humano adulto. Esto le ganó un lugar entre los animales más peligrosos de la Tierra.
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