Los gatos son animales maravillosos que nos han acompañado por miles de años, pero en algún punto creamos mitos que cambiaron nuestra forma de verlos.
Tal vez por el hecho de que los gatos tienen una de las formas de ser más peculiares, y por su impredecible comportamiento, estos animales de compañía se han visto rodeados de un montón de mitos. Algunos de ellos enaltecen las cualidades de los felinos domésticos, como, por ejemplo, decir que tienen 7 o 9 nueve vidas. Pero desafortunadamente hay otras creencias que no favorecen en nada a los mininos. Por eso, en esta ocasión, queremos señalar algunas de esas ideas que conviene dejar de tener.
3 mitos de los gatos
Los gatos negros traen mala suerte
La creencia de que los gatos negros traen mala suerte viene desde la Edad Media. Por aquellos tiempos se difundió la idea de que estos animalitos eran brujas que adquirían otra forma para pasar desapercibidas. Como sabrás, este mito llegó hasta nuestros días, y seguro figura entre las supersticiones más conocidas en muchos lugares del mundo.
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El negro no es más que la acumulación de pigmentación de melanina. Solo es una característica genética que en nada tiene que ver con el comportamiento del gato.
Gatos y perros se llevan mal
Comencemos por decir “depende”. Hay algo de cierto en este punto, pero también otra cosa que requiere ser aclarada. Gatos y perros pueden tener problemas para compartir espacios, si, una vez desarrollados, se les hace coincidir.
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Pese a lo desalentador que puede parecer lo recién mencionado, los expertos en el comportamiento animal han visto que, si un gato y un perro conviven desde pequeños, las probabilidades de que ambos desarrollen una buena amistad se imponen ante las opuestas.
Los gatos son traicioneros
Aunque hay más animales domésticos, los más populares son los perros y los gatos. Debido a eso, parece que las personas nos dividimos en bandos que prefieren a uno u otro de estos. Eso irremediablemente nos ha llevado a compararlos.
Frente a frente, los perros muestran mayor tendencia a socializar. Dicha situación ha hecho pensar, a algunos seres humanos, que los gatos no desarrollan vínculos de apego y que, incluso, son traicioneros. No es así.
Ya se han hechos estudios que ponen a prueba la lealtad de gatos y perros. Para sorpresa de muchos, los primeros llegan a ser tan apegados a sus humanos como los segundos. Lo que sí, los gatos tienen una forma distinta de expresar su afecto.
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