Las ardillas toman decisiones de vida o muerte en cada salto entre las ramas de los árboles. Su agilidad natural e inteligencia las protege.
La fuerza aerodinámica de las ardillas impone. Obligadas a saltar entre las copas de los árboles, su historia evolutiva las ha favorecido con habilidades pocas veces vistas en la naturaleza. El equilibrio y la resistencia muscular no son extraños para estos roedores que, a pesar de su tamaño reducido, parecen planear los aires con la misma facilidad con la que se balancean entre los cables de alta tensión. Éste es su secreto.
Algo más que instinto
Saltos mortales, volteretas en el aire y aterrizajes arriesgados forman parte de la rutina diaria de las ardillas. Un estudio reciente publicado en Science revela que, a pesar de enfrentarse todos los días con caídas fatales, las diferentes especies que existen comparten una característica común: la mayor parte de las veces llegan al otro lado a salvo.
A los científicos cognitivos y expertos en biomecánica de la Universidad de California en Berkeley a cargo de la investigación les interesaba saber cómo es que esta agilidad natural les garantiza caídas gráciles entre las ramas. Incluso a pesar de los depredadores más certeros, los roedores son lo suficientemente veloces para esquivar los obstáculos entre salto y salto.
Los expertos suponían que esto tenía que ver con algo más que instinto. Para lo cual, tomaron una muestra de ardillas zorro para probar sus habilidades en un laboratorio al aire libre. Ahí instalaron mecanismos de metal, piezas flexibles y plataformas suspendidas para registrar cómo era el impulso y caída de los animales. Así, podrían documentar cercanamente cómo se da el comportamiento en la naturaleza.
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‘Gimnastas’ naturales
Para esta carrera de obstáculos controlada, se motivó a las ardillas con cacahuates y nueces. Cada que identificaban los premios, corrían sobre las plataformas para conseguirlos. Poco a poco, empezaron a saltar entre los mecanismos y rampas, de la misma manera en la que lo harían entre las ramas de los árboles.
Después de ajustar la rigidez de las plataformas, las distancias y otras medidas necesarias, los científicos de Berkley registraron los saltos con videos de alta velocidad. Los límites de su agilidad, equilibrio y fuerza entre saltos finalmente quedaron documentados, incluso con las pruebas más complejas. Con cada nivel de dificultad, las ardillas consiguieron su cometido.
Con respecto a los resultados, Jake Socha, biomecánico del Instituto Politécnico de Virginia y la Universidad Estatal, señaló que todo se reduce a «[…] una decisión de vida o muerte«. A pesar de los obstáculos, cada uno de los ejemplares considerados en la muestra lograron terminar sin caerse una sola vez. Para sorpresa de los científicos, perfeccionaron sus saltos y aterrizajes rápidamente.
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