Los restos fósiles del águila depredadora australiana se encontraron en el lago Pinpa, a 400 kilómetros al norte de Adelaida.
Hace 25 millones de años (durante el Oligoceno tardío), los desiertos de Australia fueron una selva tropical donde existió una variedad muy nutrida de animales y vegetación. En esos terrenos antes verdes, hoy secos y áridos, existió un ave depredadora conocida hoy como Archaehierax sylvestris. Los restos fósiles del águila depredadora australiana se descubrieron en sedimentos prehistóricos del lago Pinpa (a 400 kilómetros al norte de Adelaida).
In a remarkable discovery, @FlindersPalaeo have unearthed a well preserved 25-million-year-old #eagle fossil on a remote outback cattle station, describing a new fossil species which lived during the late Oligocene. Featured in @CNN ? https://t.co/cB195FZs5c
— Flinders University (@Flinders) September 28, 2021
Cómo son los restos fósiles del águila depredadora australiana
Este fósil consta de 63 huesos, algo curioso, pues la mayoría de las aves fósiles se nombran sobre la base de un solo hueso. Archaehierax sylvestris significa «halcón antiguo del bosque». Su forma física es de llamar la atención: era más pequeño que un águila de cola de cuña y sus garras de 15 centímetros le permitían cazar presas como koalas, conejos, zarigüeyas, patos y hasta flamencos.
Sus alas eran cortas y robustas, diseñadas para volar dentro del bosque y no tanto para surcar los cielos. Gracias a ello, esta águila depredadora australiana evitaba chocar contra los árboles. Investigadores de la Universidad de Flinders creen que esta águila depredadora cazaba por sorpresa, en forma de emboscada, y no tanto sobrevolando los aires en busca de alimento.
Los autores del estudio
“Creemos que probablemente se habría estado aprovechando de la mayoría de las aves y mamíferos pequeños y medianos que también estaban vivos en ese momento”, sostuvo Ellen Mather, candidata a doctorado en la Universidad de Flinders y primera autora del estudio publicado en la revista Historical Biology, en entrevista para The Guardian.
«Las águilas se sitúan en la parte superior de la cadena alimentaria, por lo que no eran muy abundantes, y por eso rara vez se conservan como fósiles», explica el coautor del estudio Trevor Worthy. “Es raro, incluso, encontrar un hueso de un águila fósil. Conseguir desenterrar la mayor parte del esqueleto es bastante emocionante, especialmente teniendo en cuenta la edad de los restos”.
Australia: tierra de imponentes restos fósiles
Cabe destacar que el lago Pinpa, donde fueron hallados los restos del Archaehierax sylvestris, es un sitio rico en fósiles. Como muestra de ello es que ahí se han desenterrado ejemplares de bandicoots, zarigüeyas, canguros y wombats, además de herbívoros aviares, como patos y cormoranes. Todos ellos son ancestros de los marsupiales modernos.
Australia es una tierra muy fértil en fósiles de distintas especies prehistóricas. Ahí han sido descubiertos los restos de criaturas como el inmenso Australotitan, o el Thapaunngaka shawi, que se alimentaba de peces de gran tamaño en el mar de Eromanga.
Esta especie que fue descrita como un «dragón volador” vivió en Australia hace 105 millones de años. Los investigadores se refirieron a ella como una «bestia temible» que cazaba dinosaurios jóvenes para devorarlos.
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