La hormiga bala ha habitado la Tierra desde hace 45 millones de años. Marchando entre los lugares más tupidos de las selvas húmedas, su camino evolutivo la ha conducido a tener uno de los venenos más poderosos, con los que arremete a sus depredadores en cuestión de segundos.
De hecho, su nombre científico (Paraponera clavata) viene del griego ponerina, que se traduce sencillamente como ‘dolor’. Con apenas 30 milímetros de largo, es uno de los insectos más peligrosos que habitan actualmente en el Amazonas. Aquí te contamos todo lo que tienes que saber sobre la especie.
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También conocidas como tocantera, la hormiga bala infringe un dolor 30 veces más intenso que una abeja o una avispa al picar a alguien. Incluso, según la base de datos Naturalista, «quienes han sufrido esta picadura aseguran la analogía de la misma con el disparo de una bala«. De ahí que reciba este nombre en la cultura popular.
Esta especie se distribuye en las selvas de Brasil, Perú, Colombia, Venezuela y Bolivia. Sin embargo, también se le ha visto en la Península de Yucatán y en Costa Rica. Está tan presente en esta zona de América Latina, que una de las tribus en el Amazonas realiza un ritual de paso a la adultez con ellas.
La ceremonia consiste en que un chamán adormece a decenas de hormigas bala con una inclusión de hierbas típica. Con savia de árbol, teje a las hormigas todavía dormidas para crear una especie de guantes. Cuando los varones de la comunidad cumplen 9 años de edad, deben de aguantar las picaduras de los insectos durante 10 minutos, para lograr un tránsito satisfactorio de la niñez a la edad adulta.
Muchos de los niños pierden el conocimiento por el dolor. Más allá de la función ritual de este evento, tremendamente doloroso, también se lleva a cabo para inmunizar a las infancias de la ponzoña de la hormiga bala. Sobre todo, por el contacto constante y accidental que las comunidades tienen con ésta y otras especies peligrosas.
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Antes que nada, es importante no incurrir en la automedicación. Por el contrario, vale la pena acudir al centro de salud más próximo. De ser posible, es recomendable recolectar el ejemplar que nos picó, para que los especialistas puedan saber contra qué ponzoña estarán actuando.
Incluso después de décadas de estudio, todavía no se conoce el componente químico que desencadena la reacción neurotóxica. Entre los síntomas, destacan los siguientes:
En los casos más extremos, la picadura de hormiga bala puede generar paro respiratorio. En caso de choque anafiláctico, el procedimiento médico es similar al de las picaduras de abeja. De ahí que una picadura de esta especie sea una emergencia.
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