Con más de 1.6 millones de kilómetros, la isla de basura del Pacífico se está convirtiendo en el hogar de distintas especies costeras.
Un comentario científico publicado en Nature Communications a inicios de diciembre informó del hallazgo de especies animales y vegetales en la isla de basura del Pacífico, una superficie de más de 1.6 millones de kilómetros cuadrados y 100 millones de toneladas formada en su mayoría de desechos de plástico que flota en el giro océanico del Pacífico Norte.
La isla de basura del Pacífico se formó a partir de la contaminación de ríos, playas y el océano con millones de toneladas de desechos plásticos. Una vez que la basura yace en los océanos y después de flotar a la deriva, las corrientes oceánicas la arrastran hacia un punto conocido como giro oceánico, donde éstas convergen y el agua se mantiene estática.
Como los plásticos tardan siglos en degradarse, su acumulación durante décadas en torno a este punto ha provocado la formación de una auténtica isla de basura en medio del océano que continúa creciendo día tras día.
Contrario a la opinión popular, la mayor parte de la isla de basura está formada de microplásticos que dan forma a una superficie flotante, mientras que sólo algunas botellas, envases y toda clase de envolturas en los extremos mantienen su aspecto original. No obstante, un nuevo estudio revela que los desechos se están convirtiendo en el hábitat de diversas especies:
El primer registro de este comportamiento ocurrió en 2011 después del tsunami del 11 de marzo en Japón, cuando el mismo equipo descubrió que más de 300 especies costeras habían viajado a través del Pacífico transportados en escombros durante años.
A partir de muestras recolectadas de 103 toneladas de desechos plásticos, el equipo analizó los plásticos y descubrió que entre los principales habitantes de la isla de basura se encuentran anémonas, hidroides y pequeños crustáceos llamados anfípodos.
El estudio usó el término comunidades neopelágicas para referirse a las especies costeras que no sólo han colonizado el plástico de la isla de basura, también logran prosperar en mar abierto como nunca antes había sucedido gracias a los desechos del Pacífico.
“El mar abierto nunca había sido habitable para los organismos costeros hasta ahora, debido a la limitación del hábitat y a que creíamos, se trataba de un sitio desierto de alimentos”, explica Gregory Ruiz, líder del Laboratorio de Investigación de Invasiones Marinas del Centro Smithsonian de Investigación Ambiental.
Sin embargo, el plástico está proveyendo un hábitat inédito para estas especies y aunque aún no está comprobado, los científicos sugieren que las comunidades neopelágicas están encontrando alimento gracias a la calma de las aguas que albergan la isla, cuyos desechos funcionan como un arrecife que atrae fuentes de alimento.
La preocupación principal de los científicos es la capacidad de estas especies para modificar el ecosistema y representar una amenaza para las especies nativas en un entorno que se ha mantenido inalterado durante milenios antes de la existencia del plástico.
A pesar de que serán necesarias más investigaciones para entender las nuevas dinámicas entre especies costeras y nativas alrededor de las islas de basura, los científicos consideran que la dependencia actual a este material provocará el aumento de colonizaciones en islas de desechos distribuidas en todo el océano.
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